Cuentos, dibujos y más, también por la inclusión social





La Biblioteca Roberto Fernández Retamar, de Casa de las Américas, vivió una jornada singular: el primer taller del proyecto Moviendo la inclusión, que reunió con cuentos, marionetas, dibujos a niños y niñas de la enseñanza general y especial y sus familias.

Se trata de una experiencia accesible e inclusiva, donde infancia, jóvenes, familias y profesionales de la ciencia y la cultura se unen para compartir la aventura de reciclar con cartón, papel, lápices de colores, temperas y crayolas para la creación de un libro.

Por si la sensibilidad de esa iniciativa pareciera poca, se decidió que esos libros no permanecieran en la biblioteca, sino que fueran entregados a niñas, niños y adolescentes que, debido a su hospitalización, no pueden compartir en ese espacio la magia de la socialización y la creación.

Foto: Raquel Sierra

“Moviendo la inclusión es una iniciativa de Casa de las Américas y la biblioteca Retamar junto con la cátedra internacional Infanciar. El propósito que tiene es abrir nuevos escenarios en torno a las buenas prácticas inclusivas, es decir, no responsabilizar únicamente a la escuela en la educación inclusiva, sino, abrir otros espacios que pueden favorecerla y que presupone otros esfuerzos para romper son las diferencias”, dijo Orlando Terré Camacho, presidente de la Asociación Mundial de Educación Especial, de la Organización para la Educación, Estimulación y el Desarrollo Infantil, y de la Fundación Infanciar.

Desde el primer momento, dijo, Casa de las Américas abrió sus puertas y se convierte en una institución accesible e inclusiva para trabajar con niños con necesidades educativas especiales y con las personas en condición de discapacidad.

Foto: Raquel Sierra

“Es propósito que niñas y niños, en un proceso de creación, trabajen con la lectura, procesos que contribuyan a sus emociones, las fortalezcan y no dejar este marco a las familias, haciendo sentir que ellas forman parte también de la inclusión, que es amor y compromiso, que surge a partir de estas iniciativas, que tributan al mejor desenvolvimiento de las prácticas inclusivas, que es una tarea de todos”, destacó.

A su juicio, no se puede hablar de aceptar la discapacidad si no la reconocemos y desde ese paradigma constructivo, pueden darse las prácticas que pueden ayudar.

Para Rosa Marina González, directora de la biblioteca, “el proyecto es lo mejor que nos ha pasado, estábamos haciendo este proyecto con estudiantes de escuelas de la comunidad, pero al llegar esta iniciativa de Moviendo la inclusión, gracias al profesor Orlando Terré, nos ha permitido buscar los espacios para hacerlo con esa mirada inclusiva”.

Foto: Raquel Sierra

“Estamos honrados de haber sido escogidos para ello. Retamar siempre quiso mucho a los niños y este proyecto es también un homenaje a él”, destacó.

A su vez,  explicó que “es la primera actividad que hacemos con los niños en esta biblioteca, una de las dos con que cuenta Casa de las Américas, y es muy importante este trabajo para la inclusión, con la comunidad, con las escuelas, es un trabajo social que nos interesa mucho, hacer juntos acciones que tengan que ver con el desarrollo infantil”.

Espacio para todas y todos

Primero se presentó con su marioneta el actor David Romano, luego, con la participación de especialistas de la biblioteca y de la compañía de marionetas Hilos Mágicos, se leyó el cuento El conejito, del folclor panameño. Más tarde, niñas, niños y adolescentes de escuelas cercanas y otros que se atienden en el proyecto Atención integral a los trastornos del neurodesarrollo, del hospital Borrás-Marfán, pintaron la carátula de cartón con temas escogidos por ellos para conformar el libro.

Foto: Raquel Sierra

El taller incluyó un encuentro del equipo de Moviendo la inclusión con las familias y una demostración de Hilos Mágicos de actividades que pueden hacer con sus hijas e hijos para su estimulación. Terré Camacho se refirió al surgimiento de la iniciativa, de amor e inclusión: “escuché que aquí se hacían los talleres con estudiantes de la escuela, les hablé, me abrieron las puertas de la biblioteca y  de Casa de las Américas, los expertos están en el Borrás-Marfán, y en las redes sociales virtuales, encontré a Carlos e Hilos Mágicos”.

Realizaron varias jornadas de sensibilización sobre la lectura del cuento, con diferentes propuestas para llevar el texto a ese especial público.

Foto: Raquel Sierra

“Nos parece interesante y muy positivo apoyar a los niños, porque aunque trabajamos para la infancia, no habíamos hecho una labor así, tuvimos que investigar, educarnos, estudiar el cuento para buscar la metodología para este grupo de población. Vamos a ser habituales en el proyecto y pensamos llevarlos al teatro para que vean el museo de marionetas y se vayan insertando con nosotros. Tenemos un taller de manipulación y queremos incluirlos también”, dijo Carlos Ramón Morales, actor de la compañía Hilos Mágicos.

“El único costo que ha tenido este taller ha sido el compromiso y el amor, porque en solitario no se puede y hay que unirse a las familias, que abran cada espacio que sea posible y que si lo hacemos, la inclusión podrá tener el mensaje que lleva, acercarnos, reconocerlos y vivirlo desde es dimensión”, dijo el profesor Terré.

Las familias

Gisel García Soto vino con su niño Rafael Estévez García, de 14 años y presenta trastorno del espectro autista. “Espacios como estos nos hacen mucho bien, es algo diferente para incentivar cosas que realmente pueden ir dando resultados que nosotros ni imaginamos. Esa familiarización con un cuento, con marionetas, el libro y el dibujo, la interrelación entre varias actividades, establecen conexiones en su cabeza y hacen que él encuentre motivaciones en otro tipo de acción, además de las que uno le hace y que hacen los proyectos en que participa, y que incentiva algo creador en él, tan importante”.

Durante el taller, García Soto pudo percatarse de que pese a su atención distractril,  “él logró atender el cuento, en varios ocasiones, me di cuenta de que lo atrapó y eso logró ser más fuerte que su distacción”.

Para Yuleimi Álvarez, la mamá de Marcel Figarola Álvarez, “me parece muy bien que haya otro espacio, nuevo diferente, para insertar a nuestros niños y que así ellos descubran cosas nuevas. Sería otra opción para que aprendan y se interesen por los libros. Les gustó mucho a él y a su hermano”.

Según el profesor Terré Camacho, quien considera que en la actualidad, la educación estar basada hacia las emociones, en reducir la angustia y su mal manejo, espera que los encuentros puedan realizarse. (Tribuna de La Habana)

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente