El Presidente Miguel Díaz-Canel convocó este martes a los cubanos a hacer un país mejor entre todos, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos desde hace más de 60 años.
La historia nos
impulsa y nos alienta, expresó en las palabras centrales del acto por el
aniversario 69 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de
Céspedes, en presencia del General de Ejército Raúl Castro, líder de la
Revolución cubana.
Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba, señaló que, después de la COVID-19 y gracias a la proeza del
control de la pandemia, con esfuerzos y recursos propios, se realizó en Cienfuegos
este acto presencial por la fecha.
Recordó que el próximo año se cumplirá el aniversario 70 del
trascendental hecho, cuando, por sus ideales, un grupo de jóvenes sacrificaron
sus vidas.
Significó que la lógica imperial apuesta a la amnesia y la
parálisis social; pretende, con presión de necesidades materiales, que
claudique el espíritu de resistencia y que el pueblo cubano olvide por qué se
hizo una revolución socialista de los humildes, con los humildes y por los
humildes.
Recordó que, cuando
los estadounidenses eran prácticamente dueños de Cuba, existía el desalojo, la
tortura y la muerte.
Las grandes mayorías, continuó Díaz-Canel, no tenían
propiedad de las tierras y casas; los negros y mestizos solo podían entrar por
las puertas traseras; las mujeres estaban en desventajas; los niños en la calle,
desamparados, enfermos y hambrientos.
Agregó que no alcanzan los actos para explicar cuántas
razones tuvo aquella generación para irse a un combate incierto contra esas
injusticias.
Nos interesa impedir que el pasado vuelva; el futuro no puede
ser el pasado: sería el retorno a un baño de sangre, al odio que solo la
Revolución transformó para siempre, subrayó.
Díaz-Canel consideró que, aunque en medio de un apagón,
algunos pueden sentir que nada es peor que esta situación, deben comprender que
el bloqueo norteamericano es el tronco y la raíz de las dificultades económicas
del país.
Ratificó que los problemas de los cubanos no los van a
resolver quienes los han creado (EE. UU.) y que Cuba no está sola y no lo ha
estado nunca, pues representa la alternativa ante un orden injusto, para probar
que hay espacios para todas las ideas y que la democracia sea reconocida.
El socialismo no
puede seguir siendo ultrajado en nombre de la libertad, mientras nos cierran
todas las puertas al desarrollo, subrayó Díaz-Canel.
Añadió que la política de EE. UU. contra una pequeña nación es
prueba de que sí funciona el socialismo, pues, pese a todo, tenemos importantes
logros en cuanto a mortalidad infantil, acceso a salud, cultura, deporte y seguridad
ciudadana, entre otros.
Explicó que el tratamiento diferenciado a los cubanos en EE.
UU., para que alimenten su posición antisocialista, busca evitar que otros se
guíen por la experiencia de la isla.
El bloqueo se mantiene porque, sin él, este país sería un
modelo de sociedad humana demasiado “subversivo” para el orden mundial,
reflexionó Díaz-Canel.
La aprobación de la Constitución y de nuevas normas
jurídicas nos ubica en la vanguardia del respeto a los derechos y garantías, consideró.
El Presidente cubano llamó
a la población a respaldar el nuevo Código de las Familias en el referendo
popular del 25 de septiembre, mientras la sociedad estadounidense retrocede en
casi un siglo contra los derechos de la mujer, a lo cual se suman tiroteos y
masacres.
Destacó el respaldo solidario de varias naciones, grupos y
amigos de Cuba durante la pandemia de COVID-19. Las muestras de solidaridad
internacional -significó- cuentan entre las fuerzas del país y el apoyo a su
resistencia.
Agradeció las expresiones solidarias de personas de origen
cubano residentes en otros países, incluso en EE. UU.
Resaltó los cargamentos para beneficio del pueblo y las
reiteradas manifestaciones de amistad y compromiso por varias organizaciones,
como Pastores por la Paz, y el proyecto Puentes de Amor.
Díaz-Canel ponderó las
expresiones políticas de respaldo demostradas en las palabras de Andrés Manuel
López Obrador, presidente de México, en el recién celebrado aniversario 239 del
natalicio de Simón Bolívar.
Puntualizó que la solidaridad y el internacionalismo son
parte de la política exterior de Cuba desde 1959.
Tenemos una deuda de gratitud con la solidaridad
internacional, y esta nación caribeña nunca podrá ser aislada, pues cada año se
manifiesta el rechazo del mundo al bloqueo estadounidense en las votaciones en la
Asamblea General de la ONU, remarcó.
Al referirse a las recientes sesiones del Parlamento cubano,
precisó que se anunciaron medidas para movilizar en el menor tiempo posible
abastecimientos y recursos de los que hoy carecemos, e insistió en que, si
queremos resultados positivos en un menor tiempo, hay que actuar con
responsabilidad, seriedad y disciplina.
Democracia, participación popular, humanismo, creatividad,
innovación, compromiso, ideales y pasión revolucionaria definen hoy lo que es
la Revolución cubana y la justicia social sigue siendo nuestra guía, significó.
La delincuencia
debilita la obra social, y la corrupción todo lo corroe; no dejaremos que nos
invadan; seguiremos combatiéndolas, remarcó Díaz-Canel.
Si nos hubiéramos dado por vencidos después del Moncada, después del Granma; si hubiésemos aceptado la idea de la derrota, hubiésemos sido derrotados; pero nunca fue así, y esa siempre debe ser nuestra actitud, concluyó. (ACN)