El proceso de transformación comunitaria en El Fanguito potencia el avance social de sus pobladores, con la misma intensidad con que se construyen casas y reaniman centros de interés.
La etapa intensiva de trabajo para mejorar la vida del barrio de Joven Club en Plaza de la Revolución comenzó hace casi u año, y en su análisis no se puede obviar que el Estado potencia la renovación integral en comunidades cubanas en medio de condiciones muy adversas por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos y la crisis económica global.
Zenaida Cabrera Arango, delegada de la circunscripción 56 en el consejo popular El Carmelo, detalló que el barrio en las márgenes del río Almendares, como otros tantos en los 15 municipios de La Habana, siente la necesidad de apostar por el desarrollo espiritual de sus habitantes.
De ahí que nazcan experiencias vinculadas con la lectura o se consoliden otras relacionadas con las nuevas tecnologías.
Según la delegada, la labor social comenzó con la identificación de las principales problemáticas asociadas a la indisciplina social, la desvinculación de los jóvenes del estudio y el trabajo, el acceso y la calidad de los servicios y flujos migratorios ilegales.
"Todo debe tener un componente cultural, recreativo y educativo, y no solo apreciar la reparación física del asentamiento poblacional", concluyó.
Ese ha sido el pedido del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en cada visita a las comunidades del país al exhortar a los residentes a participar en la determinación de las prioridades, trabajar en la solución de los problemas , sin descuidar el aspecto humano y la superación de los pobladores.
Un "emancipador" proyecto es la Bibliocasa de Olga Acosta, vecina que brindó su vivienda, actualmente en construcción, para fomentar en los más pequeños el hábito de lectura.
A casi tres meses de su inicio, Acosta destacó las donaciones de libros de personalidades como el mandatario cubano y el presidente del Parlamento, Esteban Lazo.
Sobre las proyecciones del espacio, comentó acerca de la aspiración de reunir a más niños y jóvenes para consultar textos que les ayuden en su aprendizaje y en tareas escolares.
Con la Campaña Infoalfabetización, proyecto impulsado por los Joven Club de Computación y Electrónica en sitios vulnerables, las personas conocieron sobre el uso correcto de dispositivos móviles y sus aplicaciones, especialmente aquellos que no son nativos digitales, y se enseñó a trabajar con las plataformas de pago Transfermóvil y Enzona.
Mayte Pérez Masipe, residente en el barrio, subrayó que el proyecto fue sumamente beneficioso para su familia formada por dos hijas menores de edad y un adulto mayor.
"Mi mamá, con 79 años, aprendió a pagar la cuentas de agua, el gas y la electricidad a través de Transfermóvil. Ella es la que está casi siempre en casa cuando dejan las facturas", agregó.
José Ramón Carbó Torres, instructor del Joven Club de El Fanguito, explicó que comenzaron con visitas a las casas para diagnosticar las principales deficiencias de los residentes y planificar otros encuentros en aras enseñar sobre comercio y gobierno electrónico, principalmente.
"Después de las capacitaciones, muchos se acercaron con otras dudas, y a partir de las más reiteradas, impartimos cursos en torno a los temas que nos piden, donde participan pobladores de todas las edades".
Niurvelis Maturelll Fonseca, directora municipal de Joven Club en Plaza de la Revolución, consideró que la iniciativa, realizada con el apoyo del Gobierno de la capital y otros organismos, es resultado de la voluntad de transformar los asentamientos poblacionales también desde el conocimiento, en este caso, el vinculado a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
A casi un año del inicio de las acciones en El Fanguito, el barrio no es el mismo, ha cambiado para mejor. Así aseguran sus pobladores en torno a un proceso integrador que busca saldar viejas deudas y acortar las brechas en las comunidades más vulnerables de Cuba.