Sin embargo, es preciso mantener las medidas de prevención de salud indicadas por las autoridades, de manera que, a pesar de las limitaciones de recursos y complejidades del momento actual, alcancemos el mayor disfrute posible y evitemos un retroceso en el control de la COVID-19.
Esta pandemia afectó a miles de cubanos, pero ha ido venciéndose por la estrategia del Sistema Nacional de Salud y los palpables resultados de las vacunas, gracias a la voluntad política, el sacrificio y determinación de los científicos y del personal médico y paramédico.
Gracias a ello, y a la contribución del pueblo en la materialización de cada medida, se logró en el país la contención del flagelo, el cual todavía tiene incidencias significativas en no pocas naciones.
Niños, adolescentes, jóvenes y adultos que por estos días programan su tiempo libre para compartir con allegados son vistos ya por doquier en instalaciones recreativas, galerías, parques de diversiones, playas y espacios de animación creados en las localidades con el propósito de satisfacer gustos y preferencias.
En el desarrollo de las actividades, deberá prevalecer el sentido de pertenencia y unidad del barrio, así como también la disciplina y organización de los espectáculos y eventos programados.
Resulta esencial no descuidar las medidas preventivas, no solo contra la COVID-19, sino también para contrarrestar el azote del dengue, enfermedad causada por el mosquito Aedes aegypti, que en este período tiende a proliferar por el incremento de las lluvias.
Se insiste, por tanto, en la necesidad de mantener la fumigación programada, además de cada uno de los elementos de la batalla antivectorial, manteniendo protegidos los envases de agua en los hogares y entidades laborales.
Estas vacaciones llegan tras dos años de concurrir en este siglo una de las pandemias más letales de los últimos tiempos y que requirió de sustanciales restricciones orientadas a salvar vidas y frenar el contagio.
Quizás por ese motivo, se constate -como nunca antes- en los ciudadanos un importante grado de motivaciones para interactuar socialmente, y reencontrarse con familiares y amigos.
Entre las múltiples ofertas culturales, estarán activas las salas de teatro, cines, bibliotecas, centros destinados a la adquisición de libros y publicaciones, o preferir acudir a la presentación de nuevas obras literarias.
El centro histórico de la ciudad de La Habana muestra también un variado programa de visitas a lugares patrimoniales y de interés social.
Asimismo, puede disfrutarse de la ampliación de ofertas en los municipios, con ferias y puntos de ventas habilitados con servicios gastronómicos y comerciales.
El área del litoral -incluido el Malecón habanero- es sitio de ineludible encuentro por su peculiar atractivo natural, cultural, y por las acciones que cada fin de semana allí se brindan a la familia.
En cada sitio, no lo olvidemos: cuidar la salud es esencial para un disfrute pleno de las actividades veraniegas. (Redacción digital. Con información de Tribuna de La Habana)