En La Habana: ¿maquinaria obsoleta?


En las imprentas más recónditas de La Habana, prevalece uno de los inventos más significativos del mundo en el siglo XIX, el linotipo, con modelos eléctricos como el Intertype, que se presume sea de 1931, instalado en las calles Gloria y Economía, y el situado en Belascoaín y Salud, de la empresa Linotype, del mismo año, ambos en estado óptimo de trabajo, considerados antigüedades del territorio.

Cuba fue uno de los países que logró poseer una amplia diversidad de linotipos, desde la llegada a la Isla en las últimas décadas del siglo XIX. En ese contexto, el periodismo cubano gozaba de profesionalidad y consistencia por lo que el asentamiento de ese artefacto -y sus disímiles prototipos-, fue un avance sustancial y anticipado para la época, ubicándonos como uno de los principales impulsores de la imprenta a nivel internacional, expuso el profesor de Historia de la Prensa, de la Facultad de Comunicación, Enrique Román Hernández.

En la década de los 70, el periódico local de Cienfuegos poseía en sus instalaciones dos linotipos, con fecha de 1908, que funcionaban correctamente debido a la durabilidad característica de los equipos de impresión directa, agregó Román.

El trabajo con el linotipo eléctrico marcó a la imprenta cubana a lo largo del siglo XX, pues destacadas instituciones poligráficas utilizaban este equipo en sus publicaciones. El semanario Granma trabajó con 16 linotipos heredados de los periódicos Prensa Libre y  Hoy, una vez que estos desaparecieron. La imprenta Federico Engels contaba con 15 linotipos soviéticos, al igual que la revista Moncada que poseía tres, añadió el profesor Enrique Román.

La sede del periódico El Mundo, ubicada en Virtudes y Águila, tuvo en su poder el linotipo de gas, y hasta hace pocos años existía una instalación completa de ese combustible que así lo demostraba, afirmó el linotipista de la empresa GEYLA, Richard  Brito Sixto.

La gama de linotipos Cometa, de los años 50, con un funcionamiento más avanzado y automatizado para vincular el trabajo del periodista con el equipo, existió en nuestro país, aunque hubo muy pocos ejemplares y se desconoce el lugar específico donde estuvo instalado, afirmó Román.

En la década de los  80, el Linotipo Mezclador rompió con  el esquema utilizado hasta el momento e integró un nuevo sistema de composición, con un mecanismo más complejo. Instalado en Corrales y Zulueta, fue el único ejemplar que existió en el país, expuso el linotipista de la poligráfica Osvaldo Sánchez, Antonio Carriera.

El lento funcionamiento del linotipo influía negativamente en el proceso de composición e impresión. Su desaparición, aunque constituyó el fin de un período en el que la impresión directa estuvo fuertemente desarrollada, también fue un logro mundial, pues se comenzaron a utilizar las tecnologías y se decantó la técnica obsoleta a la que condenaba el equipo.

Miguel Aparicio Laguna, figura emblemática del mundo de la linotipia por sus fundados conocimientos en la materia, fungió como representante cubano de la fábrica Linotype, según consta en el libro Tecnología de Linotipo, de la autoría del colectivo de profesores de la Poligráfica Alfredo López. (Redacción digital. Tomado de Cubadebate)

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