Destaca presidente cubano valor afectivo y ético del Código de las Familias (+ infografías)

El Código de las Familias ha desarrollado algo muy novedoso: el afecto como valor jurídico, por eso se le ha llamado el Código de los afectos, destacó este miércoles el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

A través de Twitter, el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba subrayó que esta ley, que se someterá a referendo popular el próximo 25 de septiembre, tiene, además, un indiscutido valor ético, enseña a pensar y contribuye a la educación de las generaciones futuras.

La versión final de esta Ley se aprobó el 22 de junio último en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), luego de un proceso de consulta, en el que participaron más de seis millones de cubanos, en alrededor de 70 mil reuniones desde las comunidades, pero solo entrará en vigor si es aprobada en el referendo popular.

Especialistas coinciden en que este código es reflejo de la realidad de Cuba y una propuesta sólida que da respuesta a problemáticas sostenidas durante años.

Como elemento novedoso de la normativa, resalta el refuerzo del concepto de autonomía progresiva para ofrecer a los niños y adolescentes el derecho a desenvolverse en el entorno familiar, a medida que se desarrollan mental y físicamente.

Incorpora la protección de los menores de edad ante situaciones excepcionales y de desastre, y la mayor coherencia del principio de su interés superior con sus deberes.

Este documento legal consolida, además, la tutela urgente ante la discriminación y la violencia, al tiempo que ofrece, a cualquier persona que conozca de esos hechos, la posibilidad de denuncia.

También añade una variante para dejar enunciada la necesidad de la protección laboral, salarial o de asistencia social para cuidadores familiares que tienen edad laboral activa y que dejaron su profesión u oficio para dedicarse a esa tarea.

Oscar Silvera Martínez, ministro de Justicia, significó en las sesiones del Parlamento, que se trata de una Ley más sólida porque está impregnada de soberanía popular, esencia revolucionaria, protección de derechos y un elevado valor humano. (Redacción digital. Con información de la ACN)


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