Todos debemos saber cómo salvar una vida (+ infografías)


Hablar de primeros auxilios no es solo salvar vidas en situaciones de emergencia; se trata de un factor esencial para ayudar a que las personas vulnerables o en situación de marginalidad recobren fuerzas y desarrollen su capacidad de resistencia.

Todos debemos saber cómo salvar una vida; la edad no es una barrera. Es importante mencionar que las personas mayores pueden ser sumamente útiles en la prestación de primeros auxilios.

Mientras más adultos mayores se encuentren capacitados en primeros auxilios, existen más posibilidades de tomar medidas rápidas y eficaces para reducir lesiones graves e identificar signos de alerta temprana de enfermedades no transmisibles, como los accidentes cerebrovasculares.

La primera causa de muerte para todos los grupos de edades en muchos países del mundo, incluido Cuba, son las enfermedades cardiovasculares y, dentro de estas, el infarto agudo de miocardio. El 50 por ciento de las muertes por infarto cardíaco ocurren en el domicilio o en la vía pública, o sea, antes de acceder a un centro asistencial.

Cuando no existen suficientes personas con preparación adecuada en los principios básicos del socorrismo, se pierde diariamente del 15 al 20 por ciento de vidas. Si tenemos en cuenta que la mayoría de las situaciones de emergencia ocurren en la comunidad, o sea, en el ámbito prehospitalario, cabe deducir que es oportuno formar a socorristas o también identificados como “primeros intervinientes”.

En Cuba, existen instituciones que actúan en la atención inicial ante situaciones de demanda de atención médica emergente, laborando desde el mismo escenario.

Sobresale el Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) que abarca desde la comunidad en el Sistema de Salud, a partir de socorristas, o con la urgencia en la Atención Primaria (consultorios de urgencias, policlínicos de urgencias, policlínicos principales de urgencias, emergencia móvil y las unidades de terapia intensivas emergentes hospitalarias).

La Sociedad Cubana de la Cruz Roja, reconocida por el Estado cubano como una Sociedad de Socorro auxiliar de los poderes públicos, fue fundada por el insigne médico Dr. Diego Tamayo y Figueredo el 10 de marzo de 1909.

Constituye otra institución proveedora de primeros auxilios en el mundo, y de los principales difusores de estas técnicas de asistencia primaria, cuya formación y educación son esenciales para salvar vidas.

En septiembre de 1909, fue reconocida por el Comité Internacional de la Cruz Roja, y en julio de 1919, por la Liga de Sociedades Nacionales, hoy Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

La Cruz Roja se orienta hacia el bienestar del hombre y el servicio de la comunidad, inspirándose en los principios de humanidad, neutralidad, independencia, carácter voluntario, unidad y universalidad.

Cuenta la Cruz Roja Cubana con una Sede Nacional y más de 14 delegaciones provinciales, 169 municipales y más de 37 mil voluntarios en todo el territorio nacional.

El SIUM en los últimos años ha preparado más de 20 mil personas a nivel nacional, el 30 por ciento de los médicos vinculados a la atención primaria (especialistas en Medicina General Integral) han pasado el curso pre-hospitalario de Socorrismo, y se labora en la formación de instructores voluntarios.

Un ejemplo de ellos reciente fue el Curso de Actuación Socorrista Comunitaria, impartido este año en la sede del Ministerio del Transporte.

Aprender a ayudar a los demás es una forma poderosa de cambiar nuestra actitud con respecto a nosotros y a nuestra comunidad.

Los primeros auxilios generan solidaridad entre las comunidades y las personas marginadas y alienta a la gente a hablarse, a ayudarse y a cambiar ciertos comportamientos. (Redacción digital. Tomado del sitio web del Minsap)

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