Mario Balmaseda, el más grande actor de una generación (+ fotos)


La muerte del gran actor cubano Mario Balmaseda nos separa del más grande actor de una generación.

Junto a Sergio Corrieri, Pedro Rentería, René de la Cruz, Reinaldo Miravalles y muchos otros, brilló en los escenarios teatrales, en el cine y la televisión, con una naturalidad impresionante.

Su carácter, dentro y fuera del arte de la actuación, le granjeó roles protagónicos inolvidable, como el de Antonio Maceo (el Titán de Bronce), en el filme Baraguá.

Crecimos escuchando al héroe por la independencia de Cuba contra la metrópoli española, en la voz de Balmaseda.

Para su poderoso ingenio, no existieron personajes pequeños. Frente a las cámaras, Mario arrastraba a los actores que le rodeaban.

Nació para enamorar multitudes. Más allá de los premios, era fácil acercarse a un intérprete irrepetible.

Forjó su arte sobre las tablas, imponiéndose metas que fue consiguiendo una a una.

Sobresalió en películas como El hombre de Maisinicú, del director Manuel Pérez Paredes, en 1973; De cierta manera, de Sara Gómez y estrenada en 1974; El brigadista, realizada por Octavio Cortázar en 1977, y la comedia Se permuta, de Juan Carlos Tabío, en 1984.

Obtuvo tres de los reconocimientos más importantes que puede conseguir un actor cubano, gracias a su versatilidad sin par: el Premio Nacional de Teatro, el de Cine y el de Televisión.

Se ha ido a un plano superior, donde continuará repartiendo con justicia total la pasión más grande que puede entregar un artista y un ser humano, el amor a la tierra que lo vio nacer.

Hasta luego Mario Balmaseda. Adiós, maestro; estamos seguros de que regresará en otros rostros y nuevas voces para seguir iluminando a la isla que tanto ama. (Abel Rosales Ginarte. Foto: Facebook)

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