Atenea en un jardín de La Habana colonial (+ fotos)


La zona más antigua de La Habana guarda, como tesoro de sabiduría, un singular vergel.

El sitio corona una de las esquinas de la Plaza de Armas, próxima al definitivo núcleo fundacional de la capital cubana: es el jardín de la biblioteca pública provincial Rubén Martínez Villena.

En ese espacio se efectúan (casi siempre los viernes) actividades de promoción de la lectura, que incluyen iniciativas varias, como Toma uno, deja uno y las llamadas Lecturas del Jardín.

En la primera de esas propuestas, el visitante aporta un libro y toma otro para sí; y en la segunda, puede sentarse a hojear textos y adquirir gratuitamente aquellos de su preferencia.

Invitación a la lectura, en contacto con la naturaleza. Fotos: Osmín Reyes,
administrador de la biblioteca.

Es un espacio para leer, meditar y reflexionar, disfrutando de la tranquilidad del lugar y del ambiente acogedor, distinguido por diversidad de plantas floridas que bordean una pequeña fuente, cual búcaro de nácar en el bucólico lugar.

Curiosos flamboyanes enanos están próximos a un vivero natural, pegado a un paredón húmedo con microclima idóneo para la siembra de posturas y el posterior trasplante.

El lugar es tan bello y atractivo como su entorno, en el área a partir de la cual germinó La Habana actual. (Francis Norniella Yaujar. Fotos de la autora y de la biblioteca)

Acogedora esquina en la Plaza de Armas. Fotos: Osmín Reyes,
administrador de la biblioteca.
Actividad promocional en el jardín. Foto: Cuenta en Facebook de la biblioteca.

Al fondo, una obra del escultor y diplomático Anders Sandström,
embajador de Suecia en Cuba (1980-1984).
Área con singularidades: flamboyanes enanos y vivero natural.
Fotos: Francis Norniella Yaujar.

Un oasis verde en el corazón de La Habana colonial. 
Foto: Francis Norniella Yaujar.

El placer de la lectura en un entorno acogedor. Fotos: Francis Norniella Yaujar.

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