Si bien no han sido reportadas en la mayoría de los inviernos recientes, en Cuba ocurrieron temperaturas mínimas muy notables en distintas etapas históricas, principalmente en localidades del interior y sur de las regiones occidental y central.
Varias de las más conocidas se produjeron en el transcurso del siglo XX, como la de 2,0 grados Celsius, medida en el entonces llamado aeropuerto de Rancho Boyeros, en las afueras de La Habana, el 28 de enero de 1940.
También resaltan las de 1,8 grados en Güira de Melena el 11 de enero de 1970 (entonces la más baja de los últimos 50 años), 2,5 en Tapaste y 2,9 en la ciudad de Santa Clara. En esa propia jornada la capitalina estación meteorológica de Casablanca registró 8,5 grados, que constituye la primacía vigente para la zona metropolitana de la ciudad.
Llama la atención que apenas un año después, el 21 de enero de 1971, los campos de caña aledaños al central Puerto Rico Libre, en Unión de Reyes, amanecieron cubiertos por una fina capa de escarcha justo cuando el termómetro de la estación meteorológica del referido poblado matancero marcaba ¡1,0! grados.
Otros valores «gélidos» acaecidos en igual fecha fueron los de 1,2 grados en Indio Hatuey, 2,1 en Güines, y 2,4 en Jovellanos.
Más cercano en el tiempo, el 18 de febrero de 1996, el "mono chifló" con toda su fuerza en Bainoa, donde hubo una mínima de 0,6 grados Celsius, actual récord absoluto de frío para Cuba.
Durante la actual centuria vale recordar las acentuadas condiciones invernales prevalecientes en buena parte del mes de diciembre de 2010, cuya temperatura media clasificó como la cuarta más baja ocurrida en el archipiélago cubano en el transcurso de las últimas seis décadas, detrás de febrero de 1958, enero de 1981, y enero de 1956.
Visto de manera específica, en esa ocasión hubo dos fechas a destacar. La primera tuvo lugar el día 15, cuando se establecieron 31 récords de temperatura mínima mensual, destacándose los de 1,9 grados en Colón, 2,0 en Indio Hatuey, 2,5 en Bainoa y 2,7 en Jagüey Grande, mientras la otra se produjo el 28 de diciembre, al notificarse 32 estaciones meteorológicas con valores inferiores a los diez grados y un reporte de 2,8 en Unión de Reyes.
¿INFERIORES AL PUNTO DE CONGELACIÓN?
Uno de los testimonios referidos a la presunta existencia de temperaturas por debajo de cero grado en Cuba lo plasmó en 1800 el Barón Alejandro de Humboldt, al mencionar en sus anotaciones que vio "heladas" en lugares cercanos de La Habana.
Igualmente, observaciones realizadas por el sabio cubano Andrés Poey y Aguirre (precursor de la meteorología científica en la Mayor de las Antillas), recogidas en un trabajo investigativo sobre su obra escrito por el fallecido meteorólogo Roberto Ortiz Héctor, enfatizan en la crudeza del invierno de 1845, al comentar que hubo escarcha en las inmediaciones de la ciudad de ¡Santiago de Cuba!
Señala, además, que en San Diego Núñez, a unas 28 leguas de La Habana, se congeló el aceite contenido en las lámparas del alumbrado público, algo impensable para los capitalinos de hoy.
Lo más interesante de los apuntes de Poey es su referencia a la caída de nieve en una cima montañosa de Pinar del Río en enero de 1852, suceso que en opinión de los especialistas consultados por Granma, solo podría suceder bajo la persistencia de condiciones meteorológicas extremas y anómalas, porque en su avance hacia el sur, las masas de aire muy frío de origen ártico que procedentes de Norteamérica llegan a influir sobre nuestro país, son atenuadas por las aguas más cálidas del Golfo de México y el Estrecho de la Florida.
Pero existen indicios de que en épocas lejanas el archipiélago cubano tuvo temperaturas inferiores a cero grado.
Estudios realizados a lo largo de más de un lustro por el profesor Jesús Pajón Morejón, investigador curador del departamento de Paleogeografía y Paleobiología del Museo Nacional de Historia Natural, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), permitieron obtener novedosos registros isotópicos y curvas de paleotemperaturas con mayor precisión y resolución para los últimos 125 mil años, en la zona occidental de Cuba.
Lo anterior propició detectar la ocurrencia de eventos climáticos no reportados antes en nuestro país, entre ellos un intenso episodio de frío seco denominado Younger Dryas, que tuvo lugar en altas latitudes del hemisferio norte hace de 12 mil a 11 mil años.
Como muestran los resultados de esa investigación que forma parte del Proyecto Nacional de Cambio Climático en Cuba, en aquel entonces la temperatura media estimada fluctuó en el orden de los siete y nueve grados Celsius, por tanto es muy probable que de manera puntual ocurrieran en la Mayor de las Antillas mínimas extremas bastante inferiores a los valores citados.
Hasta el momento, el valor más bajo de la presente temporada invernal se registró en la madrugada del martes 29 de enero y fue de 6,0 grados, en Tapaste, provincia de Mayabeque.
Veremos si febrero muestra sus credenciales de ser uno de los meses más fríos del calendario, junto con enero.
PRECISIONES
- El récord de más frentes fríos en una temporada es de 35 y se estableció en 1976-1977.
- La menos activa fue la de 1996-1997, cuando solo entraron 11, cifra igualada en la etapa invernal 2017-2018.
- Pueden definirse como una zona limítrofe entre dos masas de aire con notable contraste térmico, una fría y la otra caliente.
- Los frentes fríos pueden estar precedidos por una activa línea de tormentas eléctricas acompañadas de condiciones de tiempo severo (lluvias intensas, caída de granizos, vientos fuertes y tornados), principalmente los asociados a bajas extratropicales. (Granma)