El V Congreso Internacional “Diálogo en torno a los derechos humanos” desarrollado del 7-9 de diciembre de 2022 tiene como sede la Universidad de La Habana. Radio Ciudad comparte la intervención especial del Dr. C. Yuri Pérez Martínez
Servidores públicos que nos acompañan,
Delegados e invitados al IV Seminario Internacional “Diálogos en torno a los derechos humanos”
Representantes del cuerpo diplomatico acreditado en el país presentes,
Estudiantes,
El número 5 se reconoce como uno de los más energéticos y enigmaticos: 5 son los sentidos humanos, 5 es único número cuyo nombre tiene la misma cantidad de letras que el valor que representa, 5 son las puntas de la estrella, pentagrama con múltiples significados para todas las culturas, 5 son las vocales del castellano, 5 son los océanos del mundo, el 5 de enero se fundó nuestra Alma Máter que está en vísperas de su 295 aniversario, 5 las piedras lisas que tomó David para enfrentarse al gigante Goliat, 5 los elementos de la naturaleza y 5 son las ediciones de esta cita para la discusión científica y multidisciplinaria de uno de los soportes de la democracia: los derechos humanos.
Durante este tiempo hemos dialogado y desde el primer cóclave, nos mueve el propósito de contribuir, desde la ciencia, a la protección integral de los derechos y de la dignidad humana como su fundamento.
En términos democráticos y de reconocimiento de derechos, arribamos a este V Congreso Internacional, con importantes avances en materia de derechos humanos. Desde esta perspectiva se debe destacar el recien aprobado Código de las Familias, ley de desarrollo constitucional que entraña la materialización de principios y significaciones sociales positivas establecidas en la Carta Magna como la pluralidad familiar, la dignidad, la igualdad y no discriminación, el interés superior de niños, niñas y adolescentes, la protección en el ámbito familiar de personas en situaciones de discapacidad, de lo adultos mayores, la protección frente a cualquier manifestación de violencia, entre otras, sin dudas un despliegue de derechos familiares que posiciona al país en la vanguardia de promoción y protección de los derechos en el ámbito familiar, pero el análisis no puede limitarse solo a los derechos desarrollados, debemos valorar con un enfoque de totalidad qué significa este Código.
El Código de las Familias es inclusivo, además, constituye expresión de una reivindicación de derechos de colectivos excluidos en un momento histórico, habla de la capacidad de la Revolución cubana de cambiar todo lo que deba ser cambiado, de reconocer que la diversidad hay que protegerla y ello es una conquista democrática porque es una conquista de derechos en el socialismo. No se puede soslayar los procesos participativos que acaecieron para su aprobación, donde se mezclaron elementos representativos, deliberativos y directos.
También debemos siginificar las leyes procesales, que ponen en movimiento al Estado Socialista de derecho y justicia social y colocan en un escalón superior al país en lo que a garantías jurisdiccionales se refiere.
De singular relevancia en este contexto, podemos catalogar la garantía jurisdiccional específica de protección ante la vulneración de los derechos constitucionales prevista en el artículo 99 de la Constitución y que ya cuenta con su disposición jurídica de desarrollo: la ley de amparo de los derechos constitucionales.
La consagración del principio de supremacía constitucional y su afirmación en la vinculación del poder público, de los individuos y todos los entes sociales a la Constitución, en tanto esta se erige en norma jurídica suprema, límite y herramienta de control, es el sentido y alcance del artículo 7 de la ley de leyes, además de constituir norma habilitante para la protección de los derechos constitucionales. Este precepto es el vértice del nuevo marco constitucional y comporta un mandato a todos de ajustar nuestras decisiones y actos a lo que esta dispone.
El amparo de los derechos constitucionales se inserta en el ordenamiento jurídico y en la práctica procesal del país para proporcionar un proceso garantista de los bienes jurídicos más preciados de la sociedad.
Sin duda alguna, entraña un desafío para todos los órganos del Estado que deben actuar bajo el signo de la Constitución y de la salvaguarda a los derechos que en ella se establecen. A la Administración Pública le exige moverse dentro de los cánones de la buena administración y al legislativo y a los órganos judiciales les impone mandatos concretos de creación de leyes de desarrollo y protección y garantías, respectivamente.
Amén de los aspectos teóricos y prácticos que informan el diseño legal del amparo, lo más significativo es que estos elementos procesales deben estar inspirados por las notas de concentración, el carácter expedito que identifica al proceso y, sobre todo, su fin protector, su efectividad en la salvaguarda de la dignidad humana y todos los derechos que en ella se sustentan.
La tutela juducial efectiva de los derechos constitucionales es un rasgo que debe caracterizar al Estado socialista de derecho y justicia social. La sujeción de todos a la Constitución como norma jurídica suprema pauta la obligación de salvaguardar los principios, los valores y bienes jurídicos más relevantes de la sociedad. Garantizar los derechos es proteger al orden democrático y al socialismo.
El proceso de construcción socialista implica generar constantes y permanentes formas y mecanismos de protección de derechos. Debemos entender que el socialismo no reproduce de manera espontánea ámbitos de democratización. Desde esta perspectiva, la teoría debe fundamentar más y mejores vías o maneras para democratizar la sociedad, en tanto, en la práctica socialista, el ejercicio de los derechos y su protección integral, se erigen como variables de funcionalidad democrática. Reiteramos, como hemos hecho en estos 5 años, que no es lo mismo decir que el socialismo respeta los derechos humanos, que al socialismo, como alternativa, le es congénito para su desarrollo la protección de los derechos humanos.
Ejercer derechos implica también el cumplimiento de deberes, el respeto al orden establecido en la Constitución que es consecuencia de la soberanía popular expresada en las urnas y con todas las garantías. Parece elemental, obvio, pero no lo es y tiene que ver con las formas y maneras que cada uno de nosotros asume y metaboliza el conflicto democrático. Es importante que se comprenda que para que exista un orden social justo, no es viable su ejercicio ilimitado. Los derechos constitucionales son la expresión más acabada de los valores y principios que se exteriorizan en la sociedad. La garantía debe ser que los límites no desnaturalicen a la dignidad plena del ser humano como valor supremo que sustenta el reconocimiento y el ejercicio de los derechos y deberes, por ello es imprescindible su configuración normativa previa.
Se acusa al socialismo de violar los derechos humanos y ello tiene que ver, además de la intencionalidad que se persigue con dicha acusación y de medidas coercitivas unilaterales, con las dificultades que hemos tenido en la sociedad socialista para desmitificar y desconstruir la idea de que el socialismo es enemigo de las libertades individuales y los derechos políticos.
La libertad de expresión, los derechos de reunión, manifestación y asociación con fines lícitos y pacíficos, el derecho a la información veraz, objetiva y oportuna, el derecho a la participación, entre otros (todos con regulación constitucional en el país), en cualquier sistema socioeconómico son considerados como componentes de la democracia, pero el socialismo debe llevarlos en el torrente sanguíneo. El primer elemento de ruptura y superación a la lógica del capital en lo que al ejercicio de los derechos refiere, radica en que nos alejamos de la prédica liberal y neoliberal. Ello no implica que dejemos de reconocer que cualquier acción que se realice en el terreno de la protección integral de los derechos es insuficiente. En Cuba, debemos seguir, continuar y profundizar en la salvaguarda de todos los derechos, tomando como referente nuestros valores y la vocación de proteger a los seres humanos. Tenemos que consolidar más la democracia socialista y hago énfasis en el adjetivo que califica al sustantivo, democracia socialista, desde la realidad cubana y no pensando en importar referentes.
En este empeño no podemos permitirnos en el Socialismo que lo cotidiano deje de ser extraordinario y todas las conquistas en derechos humanos que subvierten al capitalismo e implican una oposición a sus reglas, no se presenten desde esta perspectiva diferenciadora, de sostenibilidad de esa ruptura. La Revolución cubana triunfó conquistando derechos, generando acceso a servicios públicos de cobertura universal. Saber, pensar y sentir la obra revolucionaria en materia de derechos como “ordinario” como “normal”, “corriente”, atenta contra las esencias del sistema político cubano y todo lo que ha logrado en materia de derechos.
El socialismo se construye para todas y todos, sin distinción. La democracia socialista es superior en la medida en que no se limite a la regla cuantitativa de mayorías versus minorías. En el socialismo la democracia debe ser cualitativamente superior en la medida en que las minorías se exteriorizan, en la medida en que metabolizamos las diferencias, pero siempre respetando el orden constitucional establecido y los límites que prevé la Constitución como disposición jurídica de superior jerarquía normativa.
En este sentido, debemos continuar potenciando la educación, la cultura cívica, la formación ciudadana y la comunicación social para promover y formar en derechos humanos dentro del sistema socialista.
Por todo ello, el Comité Organizador consideró a bien convocar, como ya es habitual, este diálogo entre diferentes ámbitos del saber científico y entre diferentes generaciones bajo tres ejes temáticos principales: Democracia, derechos humanos y Estado de Derecho, la protección integral de la infancia y la juventud, derechos humanos y medio ambiente: equilibrio entre el paradigma antropocéntrico y el biocéntrico.
Como líneas generales se debatirán:
- La educación en derechos humanos como responsabilidad de las familias, el Estado y la sociedad.
- Los derechos de niños, niñas y jóvenes.
- Garantías jurisdiccionales de los derechos humanos.
- Entornos de protección de los derechos humanos contra las violencias.
- Los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos.
- Miradas intersectoriales de los derechos humanos: género, color de la piel, situación de discapacidad y ancianidad.
- Creación legislativa y el ejercicio de los derechos humanos.
- La naturaleza como sujeto de derechos.
- La financiación pública del desarrollo sostenible y las garantías a los derechos humanos.
- Derechos humanos y constitucionalismo en la sociedad globalizada.
- El rol de la sociedad civil en la promoción y protección de los derechos humanos.
- El sistema económico y las garantías de los derechos humanos.
Ello supone que el diálogo como acción principal a desarrollar en estos días de reflexión profunda, pensamiento crítico, compromiso y visión social, se realice sobre la base de una realidad jurídica-constitucional diferente.
Para el Congreso se ha diseñado un programa diverso que es expresión de la complejidad y la necesaria multidisciplinariedad en el abordaje de los derechos humanos, sin posturas complacientes, aspecto al que se acude para estigmatizar a la academia cubana. Tanto las ediciones anteriores como la que hoy iniciamos se enfilan a la búsqueda de miradas múltiples, a una metodología que privilegia la investigación a partir de problemas que para solucionarlos sea imprescindible la diversidad de enfoques desde las ciencias sociales o las ciencias en sentido general.
Queremos resaltar este año la celebración del primer simposio sobre los derechos humanos de las personas adultas mayores El envejecimiento demográfico es la principal característica de la población cubana en la actualidad y constituye uno de los desafíos más importantes para el Estado, la sociedad, las familias y las propias personas en sus interacciones. Para adaptarse al cambio demográfico en curso, el país ha desarrollado distintas iniciativas en materia legislativa y de políticas públicas. Una de las más sobresalientes es la reforma constitucional y más recientemente al derecho de las familias, para incorporar los derechos de las personas adultas mayores y garantizar su efectividad.
En este contexto resulta de trascendental importancia impulsar una agenda de investigación que contribuya a la implementación de las leyes que protegen los derechos de este grupo poblacional. Para ello profesionales del derecho, la salud, fiscales, abogados y estudiantes de la universidad, realizarán, dentro del marco del Congreso, un análisis sobre la protección de los derechos humanos de las personas adultas mayores en la región, con referencia a las experiencias de México, Chile y Cuba. Así como el debate en torno a los cuidados de largo plazo de las personas adultas mayores en el ámbito internacional y regional, desde las realidades de España y Cuba
Durante los próximos días de trabajo, disfrutaremos, sin dudas, de excelentes conferencias, ponencias e intervenciones, tendremos ocasión de dialogar, reflexionar, debatir, confrontar nuestros conocimientos y meditar de conjunto para el perfeccionamiento de los derechos y sus garantías.
No me resta más que darles formalmente la bienvenida a todos los delegados e invitados. En nombre del Comité Organizador del V Congreso Internacional “Diálogos en torno a los derechos humanos”, las instituciones convocantes y colaboradoras les expreso el agradecimiento por acudir a nuestra convocatoria.
Quizo el azar que la V edición de los diálogos en torno a los derechos humanos inicie el 7 de diciembre, día histórico para este pueblo, día de hidalguía, respeto, coraje y dolor, fecha que marca el paso a la inmortalidad del Antonio Maceo y Francisco Gómez Toro.
Cómo decía Maceo “Pienso que no hay más salvación que la independencia absoluta de Cuba, no como fin último, sino como condición indispensable para otros fines ulteriores más conformes con el ideal de la vida moderna, que son la obra que nos toca tener siempre a la vista sin atemorizarnos de ella; antes de tomar mayor empeño para resolverla con la lealtad del ciudadano que se debe a la patria, y con la honradez y pureza de motivos del hombre que ante todo se debe a la humanidad. Fundemos la República sobre la base inconmovible de la igualdad ante la ley. Yo deseo vivamente que ningún derecho o deber, título, empleo o grado alguno exista en la República de Cuba como propiedad exclusiva de un hombre, creada especialmente para él e inaccesible por consiguiente a la totalidad de los cubanos. Una república organizada bajo sólidas bases de moralidad y justicia, es el único gobierno que garantizando todos los derechos del ciudadano, es a la vez su mejor salvaguarda con relación a sus justas y legítimas aspiraciones; porque el espíritu que lo alimenta y amamanta es todo de libertad, igualdad y fraternidad […]”
Rindamos culto con estas jornadas académicas a su pensamiento de salvaguardar los sagrados derechos del pueblo cubano y una vez más pongamos a la ciencia al servicio de nuestras sociedades. (Cubadebate)