Cada vez que la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC) llega ante el público lo hace desde el respeto y la calidad, dos de los atributos que la distinguen en el mundo.
Este fin de semana, los pupilos
de la bailarina y coreógrafa que da nombre a la agrupación fueron los
anfitriones en el teatro Martí, de La Habana, hasta donde llegaron con un excelente
espectáculo que involucró a todas sus estructuras.
Aunque en la escena estuvieron
representados los pequeños que se forman en los talleres, miembros de su Unidad
Docente y su cuerpo de baile profesional Lizt Alfonso Dance Cuba a Escena fue sencillamente
impresionante.
No hubo espacios para errores, la elegancia y limpieza de los movimientos funcionó como un reloj, algo que no es noticia si de LADC se habla.
Diseño de vestuarios, luces y escenografía
complementaron la excelencia interpretativa de los bailarines de esta compañía
que excede las tres décadas, pero que mantiene su esencia.
La fusión de ritmos es el principal
propósito de LADC, y de ahí ellos no se salieron tampoco durante las tres presentaciones,
llegando con tacones, mantones y abanicos, en un diálogo danzario con chancletas
de palo y batas cubanas, aditamentos que rompieron los límites entre el flamenco
y el son, la conga o la rumba cubana.
Momento muy especial fue la presentación de tres adelantos coreográficos del que será su próximo estreno, titulado Habana Fénix, que estará integrado por coreografías que se acercan a temas cubanos, firmadas por creadores de la propia compañía y sustentadas sobre bases sonoras nacionales arregladas por el músico Edesio Alejandro.
Una de las obras estrenadas
provocó otra mirada a la orisha Oyá, deidad del Panteón Yoruba a quien se le
adjudican los vientos y las centella, que fue muy bien defendida desde el
estilo que caracteriza a la compañía y con el protagonismo de la música
ejecutada en vivo con la maestría habitual, con su cantante Geidy Chapman.
Para el público que colmó la sala
del “Teatro de las cien puertas”
también va un aplauso: su complicidad selló el ambiente creado por los artistas
y provocó sensaciones muy agradables para quienes vieron materializadas sus
expectativas. (Digna Rosa Pérez Morejón)