Mucho se ha discutido sobre la fecha de fundación de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), que organizó a miles de jóvenes después del triunfo de la Revolución y cuyo anuncio público hizo el comandante Ernesto Che Guevara el 28 de enero de 1960, hace 63 años.
Después del triunfo del 1 de enero de 1959, una enorme masa de adolescentes de 13 años en adelante, y de jóvenes que no estudiaban ni trabajaban, estaban deseosos de incorporarse a la defensa de la Revolución y participar activamente en todas las tareas de esa etapa en la cual todo estaba por hacer.
Fue el propio Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz quien confirmó que la AJR se constituyó por inspiración del comandante Guevara, y reveló un primer documento fechado el 30 de agosto de 1959, donde aparecen las primeras ideas del Che para crear una organización integrada por jóvenes de 13 a 18 años y que podría llamarse Asociación de Jóvenes Rebeldes.
Ese documento fue elaborado en las oficinas del Departamento de Instrucción del Ejército Rebelde, que entonces dirigía el Che Guevara, quien para hacer realidad esa idea le asignó la tarea al entonces comandante Joel Iglesias Leyva, el más joven oficial con tal grado en el Ejército Rebelde, al capitán Fernando Ravelo Renedo, como segundo jefe, y al soldado José R. Calderón.
En su discurso del 28 de enero de 1960 en el Capitolio de La Habana, el Che informó que la AJR ya contaba en esos momentos con más de siete mil miembros, y en todos los municipios y ciudades comenzaron a verse los primeros pelotones de adolescentes y jóvenes aprendiendo a marchar. Luego comenzaron a organizarse los Jóvenes Rebeldes en centros de trabajo, estudiantiles (con las Brigadas José Antonio Echeverría), en las nacientes granjas del pueblo, y se crearon las primeras Escuelas Provinciales de Instrucción Revolucionaria de la AJR, por donde pasaron muchos jóvenes que luego ocuparían cargos de dirección en diversos organismos del país.
La primera gran tarea que Fidel asignó a la AJR fue la creación de las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario, en las que se logró incorporar a una gran masa de jóvenes que se establecieron en campamentos ubicados en la Sierra Maestra, donde, en condiciones de campaña, recibían preparación cultural, política y militar, realizaban tareas de reforestación, construcción de casas y escuelas, y la prueba de fuego era subir cinco veces el Pico Turquino.
Según la actitud demostrada y el nivel escolar alcanzado, podían continuar sus estudios en diferentes carreras o incorporarse a las escuelas militares, donde muchos de los conocidos por «cinco picos» alcanzaron con los años importantes grados y cargos en el Ejército Rebelde, y otros jóvenes de la enseñanza secundaria fueron los pioneros de las tropas coheteriles.
Para las muchachas se creó el Centro Educacional de Industria y Artesanía Clodomira, que el pueblo conoció por sus siglas: Cediyac. Adolescentes de 13 a 17 años cursaron allí las enseñanzas primaria y secundaria, y aprendieron algún oficio útil para salir adelante en la vida y apoyar a la Revolución.
Cada vez se hacía más imperiosa la necesidad de unir a todo el movimiento juvenil revolucionario cubano para defender la Revolución y hacerla avanzar. La integración del movimiento juvenil revolucionario cubano tuvo lugar el 21 de octubre de 1960 y colocó a la AJR como la agrupación unitaria de la juventud cubana, con independencia del sexo, origen social, religión o ideología, siempre que apoyaran el programa de la Revolución Cubana.
Con esta integración, el secretario general de la Juventud Socialista (JS), Isidoro Malmierca Peoli, anunció su disolución para “integrarse a la AJR y trabajar más estrechamente unidos por nuestros ideales de defender y hacer avanzar a la Revolución.” Todas las organizaciones juveniles revolucionarias existentes en el país también se integraron en la AJR, aunque se decidió que la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) mantuviera su personalidad política, en consideración a su histórica tradición de luchas y su prestigio internacional.
En la Primera Plenaria Nacional de los Jóvenes Rebeldes, el 21 de octubre de 1960 en el Teatro Payret de La Habana, se aprobó que las Patrullas Juveniles, dependientes de la División Juvenil del Ejército Rebelde, fueran dirigidas por la AJR, en lo que pasaría a ser la génesis de la Unión de Pioneros de Cuba.
En esa Plenaria se cambió el carácter y contenido de trabajo de la AJR, que realizaría todas las tareas de la Revolución, su límite de edad se extendió hasta los 25 años, y se decidió su afiliación a la Federación Mundial de Juventudes Democráticas, por coincidir en el programa revolucionario de la juventud.
El trabajo de dicha Asociación se hizo entonces más complejo y hermoso. El sentido fundamental de su labor se concentró en la educación política e ideológica de la heterogénea masa juvenil que constituía su membresía, y la preparación de ésta para ser cada día más útil en la nueva Cuba que Fidel estaba forjando.
Surgieron los primeros comités de base de la AJR en centros estudiantiles de la enseñanza secundaria, en algunos de los cuales sus miembros tuvieron que defender con los puños los intentos de hijos de la burguesía, llamados entonces «bitongos», por tomar algunos centros para convertirlos en plataformas de oposición a las transformaciones revolucionarias.
Una tarea estratégica de la AJR fue recaudar fondos en todo el país mediante múltiples actividades para la celebración, del 30 de marzo al 4 de abril de 1962, del Primer Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, donde cambiaría su nombre a Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) para ser la indiscutible vanguardia de las nuevas generaciones de obreros, estudiantes y campesinos. (Juventud Rebelde. Foto de Radio Rebelde)