Los precios se han convertido, hace rato ya, en el centro de las miradas de la inmensa mayoría de los cubanos, realidad de la que no escapa la población de La Habana.
Desmedidos, especulativos, abusivos…son varios de los adjetivos más comunes que se utilizan para calificar un indicador económico marcado hoy por la galopante inflación.
Cierto que en su conformación determina la difícil situación económica de un país como Cuba, muy golpeada por la pandemia de la COVID-19, la crisis mundial y el mayúsculo obstáculo que constituye el bloqueo que le impone Estados Unidos al pequeño país antillano.
Sin embargo, hay otros factores que influyen en la conformación de los precios, y sobre los cuales vale la pena reflexionar.
Nos referimos, en primer término, al necesario incremento de la productividad y la eficiencia, no siempre reflejado en la categoría de marras, pues hay quienes fijan precios divorciados de las fichas de costo de los productos, en el interés por cumplir planes de ingreso monetario a toda costa, aunque esto signifique ir contra el bolsillo de los consumidores.
Otros hacen lo mismo, buscando un enriquecimiento personal, a costa de consumidores que aprecian cómo su economía familiar puede hacer cada vez menos frente a las necesidades de subsistencia.
A este negativo fenómeno, no escapan -en su condición de víctimas- los trabajadores, los jubilados ni los pensionados.
Aunque el incremento sustancial de productos y servicios estaría en la base para mejorar el panorama, siempre se precisará de un trabajo más sistemático y efectivo de inspectores y auditores.
PLENARIA ECONÓMICA PROVINCIAL:
Este viernes, se desarrolló en La Habana la Plenaria Económica Provincial, en la que se profundizó en un grupo de elementos, con el propósito de que el territorio avance, pero de forma tal que se sienta en la mesa y el bolsillo de los habitantes de la capital.
A incrementar producciones, fiscalizar
y controlar más llamó la máxima dirección política y gubernamental de la
provincia.
En la reunión de trabajo, se informó que hay más de 257 millones de
pesos en cuentas por cobrar y pagar, al término de 2022.
Entre las causas fundamentales, se
señalan las indisciplinas en los cobros, falta de sistematicidad en la
contabilidad, deficiente control de los procesos y dificultades en la
contratación.
En el encuentro, se enfatizó en
las potencialidades de cada territorio.
Este debe ser un año para la
solución de tantos problemas que se arrastran; el año del mejoramiento de las
condiciones de trabajo, una etapa que sea diferente y para bien, puntualizó Reinaldo
García Zapata, gobernador de La Habana.
En la plenaria, se expusieron aspectos relacionados con hechos de
corrupción acaecidos en la capital, fundamentalmente en empresas de los
sectores de vivienda, transporte, comercio y gastronomía.
Se detectaron, en el año anterior,
más de 70 personas involucradas en esos hechos, con una afectación superior a 3,5
millones de pesos.
Luis Antonio Torres Iríbar,
primer secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, instó al
control y fiscalización de los recursos materiales y financieros de cada
empresa.
Para este año, se debe dar seguimiento al proceso de descentralización de los municipios, potenciar la comercialización agropecuaria y de alimentos, el seguimiento y control para fortalecer la economía, incrementar las ofertas de bienes y servicios y las exportaciones. (Redacción digital. Con información de Iliana Ortega Chávez. Caricatura de Cubadebate y foto de Tribuna de La Habana)