El bloqueo estadounidense viola los derechos humanos (+ fotos)

El bloqueo es un acto de guerra. Este es un principio aceptado en el Derecho Internacional desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909.

Sin embargo, desde el 3 de febrero de 1962, cuando el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy estampó su firma, decretando esta ilegal política contra Cuba, los continuos inquilinos de la Casa Blanca, tanto republicanos como demócratas, la ratificaron bajo el recurrente y falso pretexto de que es un "asunto bilateral”.

Desde esa fecha, el bloqueo norteamericano ha sido el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba.

Este viernes se cumplen 61 años de carencia de alimentos y medicinas, innumerables obstáculos para conseguir repuestos de las maquinarias que se deterioran o para el transporte público; la falta de materiales escolares, o incluso las restricciones impuestas a quienes desean hacer donaciones solidarias al pueblo cubano…

Ante tanta crueldad, los cubanos hemos sido creativos y hemos resistido firmemente los embates del peor de los cercos, que ha pretendido asfixiar a la nación.

En el propio año 1959, Washington inició sus acciones para derrocar a la Revolución cubana, operaciones que fueron escalando hasta convertirse en un bloqueo total encaminado a la asfixia económica.

Aunque el bloqueo total contra Cuba entró oficialmente en vigor el 3 de febrero de 1962, ya desde 1959 Washington venía aplicando sanciones contra Cuba, dirigidas esencialmente a socavar puntos vitales de la defensa y la economía: la supresión de la cuota azucarera, principal y casi el único soporte de la economía y finanzas de la Isla; y el no suministro y refinación de petróleo por las empresas petroleras norteamericanas que monopolizaban la actividad energética.

No hay cubano que no sufra las dañinas consecuencias del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Esa política impacta en la cotidianidad de cada familia, en cada sector de la economía, en cada proyecto de desarrollo social del país.

Más allá de las cifras millonarias que han dañado nuestro desarrollo económico, cada cubano tiene su propia vivencia de la hostil política de Washington: el medicamento que nos falta, los materiales escolares, la industria que se detuvo por los equipos que no pudimos comprar, el transporte carente de piezas de repuesto…

Los ejemplos del dañino bloqueo, lamentablemente, son abundantes, multiplicados en años recientes, debido a la agresividad de la administración de Donald Trump, casi intacta en su esencia por la de Joseph Biden.

En la “era Trump”, se sucedieron la injustificada y arbitraria reducción al mínimo de las funciones de su embajada en La Habana, la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, el recrudecimiento de la persecución financiera, las absurdas medidas de restricción de los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, las multas a empresas que supuestamente violen el ilegal bloqueo, las artimañas para impedir el arribo de combustible al país y generar el malestar en la población cubana…, etc., etc., etc.

La ironía del ex gobernante de la Casa Blanca y sus aliados es vergonzosa. Se desgastó en su desacreditado discurso, diciendo que las acciones de su Gobierno eran para “librar del sufrimiento al pueblo cubano”. Sin embargo, los efectos son contrarios a sus palabras huecas.

No pocas encuestas indican que una mayoría de los ciudadanos norteamericanos, y aún más amplia de la emigración cubana en el norteño país, favorece la normalización de las relaciones bilaterales.

 

Embargo es un eufemismo

Inversamente a lo que opinan y manipulan algunos, las acciones ejercidas contra Cuba por sucesivas administraciones estadounidenses no se enmarcan en la definición de “embargo”.

Por el contrario, trascienden este y tipifican como “bloqueo”, al perseguir el aislamiento, la asfixia y la inmovilidad de la nación, con el perverso propósito de ahogar a su pueblo y llevarlo a claudicar de su decisión de ser soberano e independiente.

El escenario actual es muy complejo, pero una vez más Cuba reitera que jamás hará concesiones inherentes a sus principios de independencia y soberanía.

Si el bloqueo no es levantado, los cubanos seguiremos construyendo un país en las más difíciles circunstancias, porque este pueblo, con inigualable dignidad, hace mucho tiempo que venció a esa absurda política de Washington.

Los EE. UU. insiste en manipular la verdad, y el bloqueo persiste. Es la familia cubana la más afectada.

El propósito es generar la imagen de que la Revolución y el socialismo son ineficientes económicamente y no pueden resolver las necesidades del pueblo.

En realidad, Cuba es víctima de una política unilateral coercitiva con implicaciones extraterritoriales violatorias del derecho internacional. Ningún país del mundo ha sido sometido a una medida de bloqueo tan férrea y por tanto tiempo.

Después de más de medio siglo en el que se ha prolongado esta situación, el daño causado a la economía cubana asciende a miles de millones de dólares, como ilustran los informes publicados por el Gobierno cubano, analizados en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que todos los años se condena el cerco imperial.

Contrario a lo que pretende hacer creer Washington, el bloqueo no es una cuestión bilateral entre los Estados Unidos y Cuba.

Su carácter extraterritorial se mantiene y se aplica con todo rigor, con total impunidad y en franca violación del Derecho Internacional. Es el sistema de medidas unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno en la historia de la humanidad. (Teresa Delgado Moreno. Imágenes de Internet)

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