La XXXI Feria Internacional del Libro de La Habana, que desarrolló sus actividades en la capital de Cuba del 9 al 19 de febrero, antes de extenderse durante un mes al resto de Cuba, apostó por la lectura inclusiva.
Nuevamente, las jornadas capitalinas evidenciaron cómo las distintas maneras de
leer enriquecen la compresión del entorno y la interacción con múltiples
soportes comunicativos.
Esta edición del evento tiene a
la República de Colombia como País Invitado de Honor; al ostentar esa condición,
llegaron hasta la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña (sede principal de la
feria en La Habana), figuras de notable importancia para las artes y la política
en esa nación sudamericana.
Un momento especial de la más
importante cita cultural del archipiélago fue la presencia de Francia Márquez
Mina, vicepresidenta colombiana, quien acompañó a la delegación de su país a la
cita durante las primeras jornadas.
Márquez Mina definió a Cuba como un referente para América Latina y el
Caribe, por acompañar a Colombia en la búsqueda de la paz y la dignidad.
En ese sentido, instó a los
pueblos de la región a tejer historias comunes frente a la discriminación
racial y de género, las guerras y a favor de la diversidad cultural.
A suelo cubano llegó también
Patricia Ariza Flórez, ministra de las Culturas, las Artes y los Saberes de
Colombia, quien declaró a la prensa que, durante su estadía en La Habana, se
desarrollaron conversaciones con el Gobierno y con instituciones como Casa de
las Américas, con la cual trabajarán en un proyecto de ediciones literarias y
en otros intercambios artísticos.
La Feria del Libro de La Habana
se dedica en 2023 al escritor Julio Travieso Serrano y a la bibliógrafa Araceli
García Carranza Bassetti, así como también a los centenarios del natalicio de
la ensayista y escritora Fina García-Marruz y del geógrafo y espeleólogo
Antonio Núñez Jiménez.
Para evocar la huella de esas cuatro figuras del panorama cultural
cubano, en la capital se realizaron paneles, presentaciones especiales de
libros de su autoría y exposiciones fotográficas.
En el contexto de la cita
literaria, Delfín Prats Pupo recibió oficialmente el Premio Nacional de
Literatura; Francisca López Civeira, el de Ciencias Sociales y Humanísticas;
Natividad Alfaro Pena, el de Edición, y Rodolfo Sarracino, el de Historia.
La Asociación Hermanos Saíz
reconoció a seis jóvenes creadores con los premios Calendario 2023. Sobresalen
los nombres de Rubiel Alejandro González, con la obra de Narrativa Salvajes
y dichosos; Giselle Lucía Navarro Delgado, con Un niño perfecto, en la
categoría Literatura para niños y jóvenes, y Martha Acosta Álvarez, con el
texto de Ciencia Ficción Refugiados.
Se sumaron Juan Edilberto Sosa
Reyes, con El subterráneo, en el apartado de Teatro; Luis Emilio Aybar
Toledo, con el ensayo Una mirada al sector industrial (1961-1965)
y Onel Pérez Izaguirre, con el poemario Cables de alta tensión.
Esa entrega sirvió de marco
propicio para presentar los textos laureados en la pasada edición, publicados
por la Casa Editora Abril.
También se conocieron a los
acreedores de galardones, como el de la Crítica Literaria, el “Nicolás Guillén”
de Poesía, el “Alejo Carpentier” de Narrativa, y el de microrrelatos El
dinosaurio.
El texto 100 preguntas sobre José Martí,
de la historiadora y profesora Francisca López Civeira, se alzó con el Gran
Premio del Lector, mientras que Homeopatía para afecciones bucales
fue el ganador del Premio La puerta de papel.
Durante 10 jornadas, la Feria no
solo se concentró en su habitual sede de La Cabaña, sino que trasladó su
programa de actividades hacia instalaciones del centro histórico habanero, como
el Palacio del Segundo Cabo, la Calle de Madera, la Casa de la Poesía, el
Colegio San Gerónimo y la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena.
Entre otras locaciones, estuvieron a disposición de esta fiesta de la
literatura y las artes la Casa del Alba Cultural, el Pabellón Cuba, la
Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, la Casa de las Américas, el Centro
Cultural Dulce María Loynaz y la Universidad de La Habana.
Juan Rodríguez Cabrera,
presidente del Instituto Cubano del Libro, precisó que participaron 411
representantes de 54 países, cifra que superó en casi una veintena a la edición
precedente.
Agregó que hubo alrededor de 400
presentaciones de libros en formato físico o digital, por lo cual se alcanzaron
ventas de aproximadamente 700 mil ejemplares y donde tuvo un rol fundamental el
proyecto Cuba Digital.
Entre las acciones de la mayor
cita literaria del país, se celebró el aniversario 15 del Observatorio Cubano
del Libro y la Lectura, como espacio que aporta los análisis y evaluaciones a
favor de la lectura en el territorio nacional.
En ese empeño de promoción de la literatura en la región, se destacó la
participación del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y
el Caribe (Cerlalc), organismo que, a través de Redplanes, brinda asistencia
técnica a las naciones del área para concretar planes y políticas públicas en
beneficio de las culturas.
Mediante conversatorios sobre las
buenas prácticas para la gestión de metadatos bibliográficos, la experiencia
negra en la literatura de Cuba y Colombia, y el derecho de autor para los
editores de textos universitarios, el Cerlalc manifestó -en la XXXI Feria del
Libro- su disposición por una educación de calidad y por el desarrollo
sostenible de los pueblos americanos, iberoamericanos y caribeños.
Como acciones colaterales, tuvieron lugar el VI Encuentro
Internacional de Promotores de la Poesía, el I Internacional de Publicaciones
Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda y el XII de Jóvenes Escritores
de Iberoamérica.
Bajo la máxima martiana “Leer es crecer”, la XXXI Feria Internacional del Libro de La Habana dominó el ambiente cultural de la capital de Cuba durante 11 días, para ahora trasladarse al resto de las provincias y finalizar el 19 de marzo en la oriental ciudad de Santiago de Cuba. (Redacción digital. Con información de la ACN)