Redes de abasto de agua beneficiarán a más personas en La Habana (+ fotos)

Incrementar la población de la capital cubana que recibe el servicio de acueducto a través de las redes es un propósito este año de la empresa Aguas de La Habana, que asume la atención de los 15 municipios de la urbe.

El objetivo es disminuir la cifra de clientes a los cuales se les suministra el agua de manera permanente a través de carros cisternas -también conocidos como pipas-, método que genera insatisfacciones en la población y causa gastos considerables de combustible y piezas de repuesto a la entidad.

En los últimos años, la ejecución de obras y los planes de inversiones buscaron sustituir ese tipo de servicio, por la vía que espera todo ciudadano: que es llegar de manera intradomiciliaria con el abasto de agua por redes, explicó Manuel Paneque Gómez, delegado en la provincia del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

Manuel Paneque, delegado en La Habana del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
Foto: Reyna C. Turro Caró.

En declaraciones para Radio Ciudad de La Habana, el directivo argumentó:

El programa denominado Cero pipas, tiene previsto este año beneficiar a unas cuatro mil personas que tenemos identificadas en esa situación.

Siempre hay un nivel de población que recibirá el abasto con carros cisternas, pero será de manera eventual, en ocasiones puede demorar unos meses- por ejemplo, cuando se sustituyen equipos de bombeo y no se tiene para poner el adecuado e instalamos uno de menor caudal o carga, y ello genera que alguna población no reciba el servicio, puntualizó el dirigente.

Cuando terminemos las obras previstas quedarían esos clientes que eventualmente se afecten por una avería, o una afectación eléctrica, especificó.

Paneque Gómez dijo que, como estrategia, trabajaron en años anteriores en obras más cortas, con menos recursos y que beneficiaban a más cantidad de población. Ahora, les quedan las que llevan más recursos y favorecen a menos personas, demandan más esfuerzo y gastos, pero están proyectadas y se ejecutarán.

Entre estas, enumeró la de Callejón Acuña, en el municipio de Boyeros, y un acueducto completo en la zona del Gavilán, también en ese territorio del sur de la urbe, donde hay que construir estación de bombeo, redes y conexiones; además de La Cantera, en el municipio de Playa, en el oeste de la ciudad, también con un nivel de complejidad.

Estas obras llevan tuberías que nosotros fabricamos, pero requieren importaciones, piezas que el organismo tiene proyecciones para en un momento determinado fabricarlas en el país, pero hasta ahora no es problema resuelto; fue lo que nos limitó poder ejecutar esas inversiones en años anteriores, explicó Paneque Gómez.

Se refirió a un fenómeno que ocurre en La Habana y atenta contra el programa Cero Pipas: la proliferación de construcciones ilegales en lugares donde ya se realizaron obras y se completaron las redes. Después de cinco o 10 años, el asentamiento crece, sin compatibilizarse con el organismo, y tenemos luego que servir con pipas a esa población nueva, expresó.

Son problemas que suceden, y en La Habana hay todo un programa fuerte de enfrentamiento a esas ilegalidades. Debemos, de alguna manera, solucionarlas también para cumplir nuestro propósito, concluyó.

Junto al programa Cero Pipas, en La Habana se labora de manera constante en la supresión de salideros, para disminuir pérdidas de agua y su influencia en las presiones.

Se estableció un sistema de trabajo con la Empresa Eléctrica para tomar en cuenta las interrupciones energéticas y garantizar estrategias de abasto con menores afectaciones a la población. (Reyna C. Turro Caró)

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