Como parte del Seminario Internacional que se desarrolla esta semana en La Habana, la torcedora Ana Isel Mederos Cano mostró las pistas de una práctica que lleva mucho de técnica, pero también de arte.
Risas, preguntas, golpes de chavetas sobre la madera y humo de puros marca Partagás llenaron el ambiente de la sala 1 del Palacio de Convenciones de La Habana, donde cientos de delegados al festival intentaron elaborar sus propios tabacos al compás de la especialista con más de 20 años de experiencia. No todos lo consiguieron.
Clase magistral. Palacio de Convenciones de La Habana. Foto: Cubadebate. |
"El curso para formarse como torcedor dura nueves meses, y no todos lo terminan. Hace falta una habilidad casi instintiva para dedicarse a esto", explicó Mederos.
La clase magistral es, entonces, una forma de mostrar las complejidades menos visibles de una práctica que conecta con lo más profundo de nuestras tradiciones, en una industria reconocida a nivel global. (PL. Foto de portada: Radio Enclopedia)