La Habana acogió una amplia jornada con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en la cual sobresalió la actividad de la Escuela Especial de Autismo Dora Alonso, en el Palacio Tecnológico Finca de los monos.
Una vez más se hizo un llamado al amor, la
comprensión y solidaridad para que las personas con esta condición sean
aceptadas e incluidas en la sociedad.
Niños y adultos se pintaron corazones azules en
manos y rostros, mientras la mañana se colmaba de emociones y alegría a través
de la música, bailes y canciones y el gran cariño brindado por los artistas
invitados para el disfrute de niños, familiares y docentes, con la colaboración
de diferentes emprendimientos y proyectos.
Momento significativo resultó el donativo de la
Oficina Nacional de Diseño (ONDi), quienes luego de organizar la exposición de
productos lúdicos La Caja de las Maravillas, en el marco de la 3ra. Bienal de
Diseño de La Habana, quisieron regalar juguetes a la escuela, hermoso gesto que
fue posible gracias al acompañamiento y apoyo incondicional de los proyectos
Rutami Estudio, KRIÑO, Pedacitos y Más Mente.
La Escuela Especial de Autismo Dora Alonso es una de las cuatro que existen en la capital para la atención de personas con autismo. Todas tienen carácter de tránsito, pues su objetivo fundamental es que los alumnos puedan insertarse en otras enseñanzas, por lo general en escuelas para estudiantes en situación de Discapacidad Intelectual.
Su directora, Laude Cruz Camejo, informó que tienen
una matrícula de 125 niños de dos a seis años. Cuentan con 13 aulas, 15
maestros, 16 especialistas y 12 auxiliares pedagógicas. Existen especialistas
de Logopedia, Computación, Música, Instructor de Arte, Educación Física,
fisioterapeuta, psicopedagogas, psicóloga y maestras de apoyo.
Esta institución fue fundada el 4 de enero de 2002
por el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en aquella ocasión expresara:
“Hay que ser personas verdaderamente consagradas al servicio de los demás; uno
puede apreciar, cuando los ve ahí con su alumno, el incesante trabajo, el
esfuerzo y, además, la infinita satisfacción que experimentan cada vez que
logran un avance”.
Los trabajadores de la escuela realizan una labor conjunta con la familia, a fin de lograr lo que hasta hoy parece ser un sueño: incluir a todas las personas con autismo en la sociedad.
No obstante, es importante destacar que cuatro de los integrantes de su colectivo laboral tienen autismo. Ellos son Daniela Oliveros, psicopedagoga, máster en Educación Especial; Julio Marchan, jardinero; Michel Do Campo, recepcionista, y Rafael, instructor de arte, quienes ponen todo el amor y disciplina en su labor, lo que demuestra que las personas con autismo también tienen capacidad para alcanzar un adecuado nivel de desarrollo siempre que les brinden suficientes oportunidades. Ellos solo necesitan apoyo, amor, esperanza y que alguien crea en su gran potencial. (Tribuna de La Habana)