Con una gorra y un guante de béisbol, me concede la entrevista. Es uno más entre los niños de su barrio que corren lanzan la esférica o corren detrás de esta, pero también diferente. Cuando habla, su expresión es más cuidadosa y el pensamiento fluye como un torrente en cada palabra.
Marlon Alejandro Soberás Pavón tiene 13 años y estudia en 8vo. grado de la Escuela Secundaria Básica Urbana Simón Bolívar, de Santos Suárez, del municipio de Diez de Octubre.
Aceptó dialogar con Tribuna de La Habana, a partir de la publicación de un comentario en nuestras páginas acerca del naciente proyecto comunitario El universo mágico de Nathalie -en su localidad-, que se expande con actividades conmemorativas por el día 4 de abril, como homenaje a los pioneros.
Este adolescente participa, desde el pasado año, en todos los concursos nacionales de la enseñanza, de ahí su liderazgo entre sus contemporáneos del barrio, algunos de los cuales escuchan admirados sus respuestas, aunque ya son verdades compartidas entre repasos y anécdotas personales.
“Así es. He concursado en las asignaturas de Español y Literatura, Matemáticas, Ciencias Naturales, Educación Cívica e Historia. Casi en todas. También, en olimpiadas internacionales. Obtuve medalla de oro en el concurso auspiciado por la universidad pedagógica Enrique José Varona, en el Concurso de resolución de problemas, en la olimpiada iraní de geometría. Participaré en las próximas, que son las Panamericanas de Matemáticas.
“Hace un año integré el Club de Matemáticas Neuroactivo, donde se promueve el amor de los niños por esa disciplina. Allí, con los entrenamientos del profesor principal, Ernesto Alejandro, y el entrenador nacional de Matemáticas, Evidio Quintana, he podido aumentar mi nivel de conocimientos en esta asignatura, que es mi preferida."
¿Incursionas en otras ciencias aplicadas?
—Cuando estaba en 5to. grado, diseñamos un calentador solar, a partir de productos reciclables, y llegamos al concurso nacional de esa disciplina. Lamentablemente, comienza la COVID-19, y se detuvo todo ese proyecto.
“Me interesan las energías renovables y reciclar. Durante la pandemia, consumí el tiempo de confinamiento en el diseño de un microscopio, con productos renovables. Lo construimos con tuberías y madera, bombillos Led, de los cuales utilizamos sus filamentos, cristales de espejuelos configurados con la forma adecuada para lograr la debida difracción de la luz… El microscopio se rompió en una demostración en la escuela donde estudio. Es un artículo frágil y, si se cae, puede dañarse. Eso sucedió. Tengo los planos para reconstruirlo,”
¿Te apoyan en tu familia?
—Somos tres hermanos. Mi lugar es el intermedio. Mi hermana es bióloga. Está en un curso de perito bióloga. Una investigadora que admiro.
¿El deporte?
—Me gusta el béisbol. Mi deporte favorito: la pelota. Busco espacio para el repaso escolar a mis amigos del barrio. Quiero estudiar Matemática pura. Estudio teoremas importantes de la Matemática a ver qué se me ocurre. Es un mundo muy amplio. Hay que estudiar mucho para lograr demostrar tu propio teorema.
"Pienso que hay que aportar al mundo de las ciencias y puedo hacerlo. Ese es mi sueño.”
Al terminar, escuché los aplausos. Sus amigos y amigas habían estado al tanto de la entrevista. Siento que los niños siempre nos ofrecen una enseñanza. En este caso, compartir el conocimiento y la admiración por aquel que demuestra la capacidad para hacerlo, sobre todo de manera receptiva y sencillamente humana.
Una demostración de los valores alcanzables en nuestra sociedad en medio de las consecuencias provocadas por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Marlon Alejandro, desde su condición de pionero, ya comienza a saltarlo. (Redacción digital. Con información de Tribuna de La Habana)