Cuando los Azules de Industriales concluyeron el primer tercio de la etapa clasificatoria de la Serie Nacional número 62 en el fondo de la tabla de posiciones, muy pocos aficionados pensaron que, a estas alturas del campeonato, cuando solo les restan 15 partidos, sería algo real la posibilidad de alcanzar un boleto para los playoffs.
Más que estar en la zaga de una fila de 16 equipos y competir en un torneo donde la paridad es una de sus características fundamentales, el balance de 7-18 en esos primeros juegos ahuyentó las esperanzas de los más fieles, y los cronistas comenzaron a hablar de descalabros injustificados y a tejer, tras bambalinas, historias de extrañas conspiraciones.
A partir de ese momento, mientras los furibundos anti-industrialistas cavaban tumbas y lamentaban en secreto la posible ausencia de los capitalinos en la postemporada, el equipo renació bajo el polvo de la arcilla y terminó sus duodécimos enfrentamientos particulares al borde de la zona clasificatoria, con otra de sus increíbles remontadas.
Durante el segundo tercio y en esta recta final, la tropa de Guillermo Carmona ha puesto nerviosos a sus rivales, al vencer en 23 de los 34 partidos efectuados, hazaña que nadie más pudo hacer en ese trayecto.
Ahora, cuando ya espantaron a los demonios más perversos, han sufrido la pérdida por lesión de su estelar lanzador Andy Vargas, y ese barco, que ya había puesto proa a la mágica tierra de los playoffs, se ha estremecido.
El bombero no estará más por el resto de la temporada, pero la semilla que dejó el profesor José Elósegui antes de salir por enfermedad, ha florecido con la labor de Javier Gálvez y Reinier Madruga, quienes se han encargado de llevar al cuerpo de lanzadores hasta el tercer lugar del campeonato en efectividad.
El viento que, sin dudas, le dará el último empujón a esta barca se llama Yasmany Tomás. El slugger, quien jugó cuatro campañas en las Grandes Ligas y este mismo año ganó el premio Héctor Espino en la Liga Mexicana como el Jugador Más Valioso, ya entrena en el estadio Latinoamericano, y su inclusión en la nómina es cuestión de tiempo.
Aunque ya pasó la tormenta más feroz, la tarea sigue siendo dura. Después de batirse contra los Elefantes de Cienfuegos en su coloso del Cerro, saldrán de casa a enfrentar a los peligrosísimos Huracanes de Mayabeque y a los Cocodrilos de Matanzas (actuales subcampeones nacionales).
La buena noticia es que no dependen de nadie para alcanzar su objetivo. Nos vemos en el estadio. (Con información de Tribuna de La Habana)
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