Capitalino Erick Hernández: otro récord se rinde a sus pies

El habanero Erick Hernández impuso este fin de semana récord mundial de dominio del balón, al hacer uso de su depurada maestría deportiva para subyugar el esférico implemento durante 3 horas, 4 minutos, 2 segundos y 45 centésimas de segundo.

Esta prueba en específico tuvo como característica el control de la pelota, solo con toques con los pies desde la posición de sentado en el suelo, y -tal y como ha hecho en la mayoría de sus últimas presentaciones oficiales- Erick le agregó un significativo grado de dificultad a su actuación, pues llevó 1,5 kilogramos de peso, pocos centímetros arriba de cada tobillo.

En esta ocasión, la sede de su magistral desempeño fue el Hotel Be Live Havana City Copacabana, en el municipio de Playa, donde se dieron cita decenas de aficionados y medios de prensa nacionales y extranjeros.

La última vez que el estelar dominador capitalino realizó un intento similar al de este sábado, el escenario fue el Hotel Parque Central. Allí, el 15 de septiembre de 2018, se mantuvo tocando ininterrumpidamente el balón Telstar 18 durante tres horas, dos minutos y tres segundos.

Anteriormente -desde el 30 de junio de 2018-, la marca del orbe de esa singular prueba había estado en poder de otro fuera de serie de este deporte, el también habanero Luis Carlos García, quien dominó la blanquinegra durante una hora, 32 minutos y un segundo en el Hotel Palco, en el oeste de la mayor urbe cubana.

Para este tipo de tentativa en particular, los músculos con mayor papel protagónico son el cuádriceps y el abdomen, además de los de la espalda alta, los hombros y el trapecio.

Teniendo en cuenta esa observación, la experiencia de multirrecordista le permite hacer énfasis en ellos durante su disciplinada preparación.

Cada nuevo registro universal que impone Erick lleva consigo lo trascendental de sus desempeños, inigualables para otras personas en el planeta, a lo cual cada año se suma un detalle también excepcional: su edad… ya son 57 años sin que el tiempo haya dejado una huella tangible de deterioro en su físico, su técnica o en su juvenil entusiasmo para superarse a sí mismo o a cualquier retador. (Tomado de Tribuna de La Habana)

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