En un estadio Latinoamericano repleto, como mandan los dioses beisboleros, las Avispas de Santiago de Cuba picaron fuerte y derrotaron 7-4 a los Leones de Industriales, para demostrar que aún están vivas y llevarse el llamado Clásico de la Pelota Cubana para el estadio Guillermón Moncada.
Un paquete de tres carreras en el quinto episodio, que silenció las tribunas encima de la banca de tercera base, rompió un abrazo en el marcador y les dio a los orientales una ventaja que ya no perdieron en el resto del desafío.
La tropa azul de Guillermo Carmona había logrado igualar las acciones en el cierre del primer tercio de juego, después de la apertura fallida de Remberto Barreto y de la exigua actuación de su sustituto Marcos Ortega, y llevó al box a su Talisman Rafael Orlando Perdomo, pero esta vez la fórmula mágica no funcionó.
Un error se mezcló con par de imparables, incluido uno impulsador de Dasiel Sevila, para fabricarle al Novato del Año de esta Serie Nacional el trío de rayitas que decidió el partido y le provocó su primera derrota en esta campaña después de 10 triunfos.
El joven de 19 años, quizás demorado más de la cuenta encima de la tabla de lanzar, trabajó 4.1 capítulos, en los cuales aceptó un total de cinco carreras, dos de ellas por causa de los errores. El diestro Wilber Reyna se llevó el crédito, al caminar una ruta de 7.1 entradas y, aunque permitió cuatro carreras, dos fueron sucias a sus récords. En ese trayecto, espació seis indiscutibles, ponchó a un solo contrario pero no concedió bases por bolas.
Por las Avispas, se destacaron a la ofensiva su primer bate José Luis Gutiérrez al compilar de 6-3, Sevila de 5-2 y Osday Silva con un tubey en cuatro oportunidades, todos con un remolque a sus cuentas.
Por los Leones, otra vez el veterano Juan Carlos Torriente llevó el peso del ataque, con un trío de sencillos y una empujada, y Alberto Calderón, quien se fue de 4-2, también con un compañero traído a casa.
El próximo lunes, en el histórico estadio santiaguero, estos dos equipos jugarán su sexto juego de semifinales, duelo que favorece a los capitalinos tres partidos por dos.