El Hospital Pediátrico Borrás-Marfán, de La Habana, se beneficia de un proyecto para la atención temprana e integral a pacientes con autismo,
dolencia que padece en Cuba casi un millar de niños y adolescentes, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
En esa
institución capitalina, ubicada en la calle 17, entre Paseo y 2, de la barriada
de El Vedado, un equipo interdisciplinario realiza las correspondientes
evaluaciones y diagnósticos para intervenir lo más temprano posible con
diferentes terapias, procurando una mejor evolución del paciente y el manejo en
el ámbito familiar.
El proyecto "de marras" nació desde la sensibilidad de
una familia: dos hermanas que, en el intento de comunicarse mutuamente con las
artes plásticas, sentaron las bases para el nacimiento de una nueva marca comercial, la
cual promociona en desfiles de moda en la Fábrica de Arte, institución capitalina
que brinda mensualmente terapia de teatro a los autistas.
En la
pasarela de ese centro cultural (calle 26 y 11, de El Vedado), los niños y
adolescentes visten ropas y artículos de dos proyectos emprendedores que colaboran en uno solo, con el nombre Soy Pepa By Lu, que
se venden al público con fines benéficos, ya que lo recaudado se dona al
Hospital Pediátrico Borrás-Marfán, para apoyar las investigaciones y
tratamientos que se les brinda a quienes padecen autismo.
Ese cerco,
condenado anualmente en la Asamblea General de la ONU por la inmensa mayoría de
los países del orbe, hace difícil la adquisición de insumos y equipos
necesarios para un tratamiento óptimo del trastorno del espectro autista.
A pesar de ello, existen proyectos, como el
que se desarrolla vinculado a este centro capitalino de salud, que nacen del más profundo
sentimiento humano y buscan, desde el emprendimiento, apoyar a las
instituciones y las familias involucradas en el tema.
Sobre esta iniciativa de infinito amor, comenta para Radio Ciudad de La Habana Lucía Zalbidea, una de las coordinadoras principales del proyecto:
Cuánto amor hay en nuestra Cuba. Este es un gran ejemplo de compromiso de nuestro pueblo con sus niños, inclusive aquellos que requieren una atención especial. Es admirable el diseño y la moda cuando promueven el humanismo y no el consumismo. Eso es arte que educa, en sensibilidad y compromiso con quienes nos necesitan.
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