El curso de formación de asistentes pedagógicas para la primera infancia resulta novedad en el plan estival de superación y formación profesional del sistema educativo, en el centrosureño municipio habanero de Arroyo Naranjo.
Se trata de una iniciativa que acoge el
castillo Octavio Averhoff, sede de la Dirección Municipal de Educación, en el
consejo popular Calvario-Fraternidad.
Con más de 20
alumnas, incluidas jubiladas, amas de casa y jóvenes antes desocupadas, el
período docente abarca un mes, con posibilidad de proseguir estudios y
graduarse como profesionales en la escuela municipal pedagógica Vilma Espín
Guillois, en el consejo popular Los Pinos.
En Arroyo Naranjo, la
enseñanza para la primera infancia posee un estimado de más de dos mil niños,
atendidos en 34 círculos infantiles, capacidades insuficientes ante la gran cantidad
de solicitudes de familias trabajadoras.
La licenciada
Inelvis Delgado Rivero, jefa del Departamento para la Primera Infancia en la Dirección
Municipal de Educación, resaltó los aportes de este curso para la mayor
cobertura docente y la preparación metodológica de nuevos profesionales.
Lic. Inelvis Delgado Rivero, jefa del Departamento para la Primera Infancia. |
A ello contribuye -puntualizó- este novedoso
programa de verano, también de emancipación para la mujer, sobre todo
proveniente de comunidades vulnerables.
La profesora Kirenia
Triana Baró expuso el contenido integral de formación inicial en este período
estival, mediante asignaturas como Psicología, Español, Historia, Música, entre
otras, que se complementan con sesiones de prácticas docentes, una vez por
semana, en recintos infantiles del municipio.
Profesora Kirenia Triana Baró. |
Alumnas encuestadas resaltaron el cambio en sus vidas y perspectivas ante un programa educacional tan sensible como el infantil, con muchos requerimientos.
Michelena Voloy Suárez (en primer plano), una de las alumnas. |
“Especialmente, me siento bien por el cariño y contenido que imparte la profesora, y tengo grandes expectativas, pues puedo seguirme superando durante tres años para ser educadora”, expresó Michelena Voloy Suárez, residente en el consejo popular Mantilla.
Mayté Rodríguez Romagoza, otra de las alumnas. |
La joven Mayté Rodríguez Romagoza encontró justo horizonte a su vida:
“Yo estaba en mi casa y me interesé por ese curso en mi comunidad (…); me gusta intercambiar con los niños, cantarles, enseñarles. ¡Estoy feliz!”, exclamó. (Alberto Riesgo Vázquez)