Alta productividad innovadora en centro biotecnológico de La Habana

Alta productividad innovadora en centro biotecnológico de La Habana

A partir de los resultados de las vacunas Abdala y Mambisa frente a la COVID 19 en Cuba, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de la Habana fortalece la innovación y racionalización en beneficio del Sistema Nacional de Salud.

Incluido en su programa de ciencia e innovación tecnológica y a partir de un banco de problemas, se incluye en el área de investigación un novedoso proyecto de equipamiento, con dispositivos para evaluar la conducta espacial y cognitiva de los roedores (a nivel de laboratorio), con vistas a estudiar enfermedades neurodegenerativas, cuyos resultados aportarán medicamentos para aliviar este tipo de trastornos en humanos.

Muchos son los investigadores vinculados a la titánica labor profesional, como el ingeniero Orestes Cabañas Rodríguez, jefe del Departamento de Mecánica y Mantenimiento Constructivo de la Dirección Ingeniería Central, a la cual pertenece desde hace 37 años.

Allí, sobresale como innovador de alta productividad y eficacia en aportes al desarrollo económico y social del país, como trabajador administrativo que dedica tiempo para contribuir a sostener la vitalidad funcional de equipos y sistemas que, a partir de investigaciones, desarrollan tecnologías y producción de medios y parrillas biotecnológicas de amplio impacto por la comunidad científica en el sistema nacional de salud pública para salvar vidas.

La actividad innovadora del ingeniero Cabañas Rodríguez, por la que acaba de recibir el Sello 8 de Octubre, otorgado por el Buró Nacional de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), repercute en el sostenimiento del Área Productiva del CIGB, al recuperar fermentadores y centrifugas que, por los muchos años de uso, han perdido vitalidad técnica y sufren deterioro de piezas y accesorios fundamentales, pero que son muy importantes en los procesos productivos de vacunas y diagnosticadores.

Ing. Cabañas Rodríguez recibe
el Sello 8 de Octubre.

También ha contribuido a sustituir partes y piezas deterioradas del transporte obrero y ligero, del plantel industrial, mobiliario, recursos materiales y otros recursos, como las marmitas electrónicas, necesitadas de adaptaciones para las unidades niveladoras y manejadores de aire para el funcionamiento de la climatización central de aquel centro, uno de los más importantes del Polo Científico del oeste de La Habana, localizado en el municipio de Playa.

Se trata de soluciones que permiten ahorrar considerablemente portadores energéticos, combustible y agua, con trabajo sostenido en el derroche de talento individual y colectivo en cada área de resultados claves dentro y fuera de la jornada laboral, con alto nivel de conciencia de ser cada vez más eficientes, eficaces, con inteligencia puesta en función de cada proyecto.

Por citar un ejemplo, Cabañas Rodríguez señala las acciones innovadoras realizadas a los turbos y ejes de bombas suministradoras de agua potable caliente y fría para asegurar los procesos de cada planta y demás locaciones del inmueble, lo que significa ahorro considerable de divisas.

Al exponer cuánto valor tiene integralmente el trabajo de la Anir en el CIGB, menciona la gran obra de sostenimiento y desarrollo del equipamiento que sustenta la labor investigativa y la producción biotecnológica en Cuba.

En tal sentido, evoca la entrega de camaradas de fila, como Alberto Camaraza, Luis Manuel Flores, Ángel Guevara y Ramón Amado Silo, quienes, junto a muchos otros en la temporada de la pandemia de COVID-19, con la producción de las vacunas Abdala y Mambisa, ayudaron a salvar el país, como expresó el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz Canel Bermúdez. (Ramón Lantigua Arcis)

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