Familiares, estudiantes, jóvenes y pueblo en general peregrinaron hasta el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la Necrópolis de Colón, en esta capital, para rendir tributo a las víctimas del atentado contra el avión cubano en Barbados hace 47 años.
En el lugar se depositaron ofrendas florales a
nombre del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución cubana,
de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba (CCPCC) y Presidente de la República, del Consejo de Estado y
del pueblo cubano.
Acompañaron la procesión los miembros del
secretariado del CCPCC Yudí Rodríguez Hernández, jefa del Departamento de
Atención a los Servicios, Jorge Luis Broche Lorenzo, jefe del Departamento de
Atención al Sector Social, y Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del
Comité Provincial del Partido en La Habana, junto a Yanet Hernández Pérez,
gobernadora de la ciudad, Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte, y
Osvaldo Vento Montiller, presidente del Instituto de Deportes, Educación Física
y Recreación (Inder), entre otras autoridades y representantes del Partido y de
la Unión de Jóvenes Comunistas.
Presentes también en el acto una parte de la
delegación cubana que representará a la isla en los venideros Juegos
Panamericanos de Santiago de Chile, quienes significaron las dimensiones
criminales de ese criminal hecho y el compromiso de llevar en alto el legado de
los deportistas cubanos que viajaban en la aeronave, señala un despacho de la
Agencia Cubana de Noticias.
Recordaron que la fecha signa el Día de las
Víctimas del Terrorismo de Estado contra Cuba, en el que rinde tributo a los
más de tres mil 400 compatriotas fallecidos como resultado de las agresiones
financiadas y perpetradas desde el territorio de los Estados Unidos.
Este episodio rememora en particular el estallido
en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, de
las cuales ninguna sobrevivió, tras un atentado con explosivos orquestado en
1976 por los connotados terroristas Luis Posada Carriles (1928-2018) y Orlando
Bosch (1926-2011), al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA),
quienes ya fallecieron sin pagar por sus terribles actos.
El acontecimiento, conocido como el Crimen de
Barbados, segó la vida de los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima,
quienes regresaban a su país tras competir exitosamente en el IV Campeonato
Centroamericano y del Caribe de ese deporte, efectuado en Venezuela, y en total
murieron 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos.
El 6 de octubre de 1976, el vuelo CU-455 de
Cubana de Aviación partió desde Guyana hacia la capital cubana, vía las islas
de Trinidad, Barbados y Jamaica.
Solo nueve minutos después de haber despegado
desde el Aeropuerto de Seawell, en Barbados, y a unos 18 000 pies de altura,
explotó una bomba que estaba escondida en el baño trasero.
La aeronave inició un descenso rápido, mientras
ambos pilotos trataban infructuosamente de llevarla de regreso a la pista, pero
una segunda bomba explotó en el lapso de los siguientes minutos, lo cual
determinó que el avión se estrellase en el mar. (Redacción digital)