Abdala, vacuna creada en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, es uno de los inmunógenos que emplea desde este lunes México, en un nuevo ciclo de inmunización anti-COVID-19.
En este nuevo período, también
se pretende combatir la influenza estacional, que suele aumentar con el cambio
de tiempo, precisa un despacho de la agencia de noticias Prensa Latina (PL).
La campaña terminará el 31 de marzo de 2024, indicó la Secretaría de
Salud, a través del Centro para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, entidades
responsables del cumplimiento del programa.
Como el año anterior, en
esta nueva temporada se usará la vacuna cubana Abdala (primera anti-COVID-19
creada en Latinoamérica) y la rusa Sputnik V en las unidades médicas del país,
indica el comunicado oficial, citado por PL.
ABDALA: EFICAZ, ESTABLE Y FUNCIONAL
La vacuna Abdala no
requiere congelación para conservarse, a diferencia de otras, pues se puede
almacenar de cuatro a ocho grados centígrados, y está demostrado que es
termoestable por 15 días a 37 grados centígrados sin que se afecte.
Ello facilita su distribución y una alta cobertura de vacunación, especifica
el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, una de las entidades más
importantes del Polo Científico del Oeste de la capital cubana, en el municipio de Playa.
La institución resaltó
que, contra la pandemia de COVID-19, Abdala demostró seguridad y eficacia,
además de ser bien tolerada por los pacientes, pues presentó baja tasa de
eventos adversos, todos leves, por debajo de 0.07 por cada 100 mil personas.
Este inmunógeno cuenta,
desde julio de 2021, con el autorizo de empleo de emergencia de la entidad
regulatoria nacional, tras demostrar una eficacia de 92,28 por ciento en la
prevención de la enfermedad sintomática y una efectividad del 90 por ciento en
pacientes graves afectados por el coronavirus SARS-CoV-2.
Asimismo, mostró un aumento del 99,15 por ciento de
anticuerpos en voluntarios de tres a 11 años, y del 98,28 por ciento en los de
12 a 18.
El Centro confirmó que el aumento de los títulos de anticuerpos fue de cuatro veces o más a partir de la primera dosis del fármaco en esos grupos poblacionales. (Francis Norniella Yaujar)