Joven Ayestarán, primer habanero en Ejército Libertador de Cuba

Joven Ayestarán, primer habanero en Ejército Libertador de Cuba


El 16 de abril de 1846, nace en La Habana el coronel Luis Ayestarán Moliner, primer capitalino incorporado a las filas del Ejército Libertador, cuerpo armado que aglutinaba a los combatientes contra el colonialismo español en Cuba en el siglo XIX.

Luego de estudiar en el colegio El Salvador, se graduó de abogado en la Universidad de La Habana.

Se incorporó a la guerra el 20 de noviembre de 1868, en el ingenio Cafetal, cerca de Nuevitas, Camagüey.

En marzo de 1869, forma parte de la comisión creada por los camagüeyanos para entrevistarse con los villareños, alzados desde febrero de ese año, con el objetivo de acordar el tipo de Gobierno que debía instaurarse en la República en Armas.

Este hecho se conoció como la Reunión de Tínima, celebrada el 7 de abril de 1869 en la finca de igual nombre.

Resultó elegido por la Asamblea Constituyente de Guáimaro como miembro de la Cámara de Representantes.

Participó de modo directo en varios combates, entre los cuales sobresale el de Minas de Juan Rodríguez en Guáimaro, el 1 de enero de 1870, bajo las órdenes del Mayor General Ignacio Agramonte.

La Cámara de Representantes decidió enviarlo a Nueva York, El 8 de mayo de 1870, con una secreta y delicada misión.

El 14 de julio de ese año, salió en una pequeña embarcación rumbo a Nassau, de donde siguió en el vapor Morro Castle hacia Nueva York, adonde llega el día 29.

En el viaje de regreso hacia Cuba, partió de Estados Unidos el 10 de agosto en el vapor Magnolia, rumbo a Nassau, y de allí prosiguió el 7 de septiembre en la goleta Guanahaní, con un valioso cargamento de armas y municiones.

El día 14, al avistar un buque español y siendo inminente la posibilidad de ser capturados, lanzaron la carga al mar y desembarcaron en Cayo Arenoso, entre Cayo Romano y la costa norte de Camagüey.

Inicialmente, Ayestarán Moliner logró internarse en Cayo Romano, pero unos días después fue hecho prisionero, exactamente el 18 de septiembre.

Entonces resultó trasladado por las autoridades españolas hacia La Habana, donde fue juzgado de inmediato y condenado a la pena capital.

Ante la certeza de que sería ejecutado, el patriota habanero escribió a su madre:

“Moriré como he vivido, con la conciencia de haber cumplido un deber, de no haber hecho mal a nadie, y sí mucho bien a infinidad de personas.”

El 24 de septiembre de 1870, se materializa en la capital cubana la sentencia del tribunal colonialista español, que no pudo impedir que miles de jóvenes como Ayestarán Moliner siguieran su ejemplo de patriota, en aquel entonces y en lo sucesivo. (Francis Norniella Yaujar, redacción digital. Con información de Ecured y el Portal del Ciudadano de La Habana)

ARTÍCULO RELACIONADO

Manuel Sanguily, el soldado y el periodista

FNY

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente