El Jardín Botánico Nacional de Cuba, en el centrosureño municipio habanero de Arroyo Naranjo, abrió sus puertas esta semana, de receso docente, para invitar a los más pequeños a diferentes actividades.
Se trata de una oportunidad de ensueño, en pleno contacto con la naturaleza, en ese pulmón verde citadino de 600 hectáreas de superficie, de especial significación para quienes disfrutan la paz de los ambientes ecológicos.
Ese recinto, que conserva alrededor de cuatro mil especies vegetales de Cuba y todos los continentes, resulta idóneo para estimular sus sentidos y la curiosidad por nuevos conocimientos, acompañados de juegos, siembra de árboles, actividades culturales y paseos.
Es un entorno ideal para el aprendizaje y la educación de los niños sobre el medio ambiente, lo que contribuye a mejorar el rendimiento académico y el pensamiento crítico.
Introducir a los pequeños en los entornos naturales puede ayudarlos a pensar más allá de su ambiente inmediato y a construir nuevas perspectivas.
De ese intercambio se derivan beneficios tangibles para la vida, en lo que respecta a la salud física y mental.
(Redacción digital. Con información y fotos de Cubadebate)