Ante la cercana temporada ciclónica, con pronósticos de activa y peligrosa para Cuba, las entidades aseguradoras del país intensifican las acciones preventivas, que contribuyan a proteger la economía y la sociedad de posibles daños.
Estar asegurados
garantiza la continuidad de la producción y los servicios o la rápida
recuperación, ante intensas lluvias, huracanes, inundaciones y otros eventos
meteorológicos, además de accidentes, incendios y grandes desastres, pues el
Seguro asume los gastos de la persona natural o jurídica que dispone de su
póliza.
En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, Noemí
Benítez Rojas, superintendente de Seguros de Cuba, explicó que deberán trabajar
no solo con sus clientes las dos aseguradoras del país: la Empresa de Seguros
Nacionales (Esen) y Seguros Internacionales de Cuba S.A. (EsiCuba), con vistas
a la temporada ciclónica, que se extiende oficialmente desde el 1 de junio
hasta el 30 de noviembre de cada año.
Resulta necesario llamar la atención de qué significa estar asegurado,
las múltiples ventajas o beneficios que ello entraña, y eso es prevención,
subrayó la funcionaria, en alusión a la escasa percepción de riesgo o falta de
una cultura al respecto en la población y en muchas empresas.
Por ejemplo, la Esen tiene entre sus carteras el seguro
agropecuario, destinado a las formas productivas tanto estatales como del
sector cooperativo y campesino, mientras EsiCuba está a disposición del
turismo, las industrias, el transporte en todas sus modalidades y la inversión
extranjera, por citar algunas.
El seguro es una forma de transferencia de riesgos mediante
la cual el asegurado tendrá la garantía, a partir del pago de un monto
relativamente pequeño (la prima), de recibir una prestación mucho mayor por la
entidad aseguradora, en caso de un siniestro.
Ello incluye
problemas médicos, incapacidades o muerte para las personas; y para las
empresas, desde incendios, accidentes y roturas de maquinarias, hasta los daños
que pueda provocar en sus instalaciones un fenómeno natural, entre muchos otros
incidentes.
Por supuesto que también es necesario planificarlo
previamente, analizar qué tipo de protección se necesita y para cuáles bienes,
recursos y responsabilidades, además de establecer el contrato en cuestión (la
póliza) con una aseguradora.
Se trata de un proceso que, según los especialistas, generalmente no se realiza por desconocimiento sobre este tema o escasa percepción de los riesgos a los que se está expuesto. (Redacción digital. Foto: ACN)
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