Pequeñas empresas en centro de análisis de la sociedad cubana

Pequeñas empresas en centro de análisis de la sociedad cubana


Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) están hoy en el centro de los análisis sobre temas económicos en Cuba, como lo reafirman publicaciones de prensa.

Un artículo sobre el particular aparece este lunes en el sitio digital Cubadebate, en un comentario que evalúa la innovación desde universidades y los centros de investigación.

El texto señala que el inmenso talento e iniciativa del pueblo de Cuba se despliega todos los días en cualquier ámbito, y hasta se constituyen en formas de creación de valor económico.

Hace referencia a las barreras económicas, comerciales y financieras que impone el Gobierno Estados Unidos contra Cuba (bloqueo), como una de las causas principales de los problemas actuales.

Insisten en que la felicidad y hasta el bienestar material se pueden lograr aplicando el talento individual y colectivo en cualquier aspecto de la vida.

Un ejemplo claro de ello es que no pocas necesidades de la vida diaria que el sistema comercial formal no satisface en modo alguno resultan cubiertas por los intercambios y el comercio informales, aunque muchas veces más mal que bien.

La parte más visible de esa realización del talento cubano lo constituye el modesto sistema de “creación de conocimientos”. Se le conoce como el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sncti).

Una parte mayoritaria está en las universidades, instituciones del sector biotecnológico y farmacéutico, y en algunas ramas de la industria y la agricultura.

Puede ser extraordinariamente efectivo e innovador, como lo demostraron las vacunas cubanas contra la COVID-19, que superaron competitivamente muchos de los mayores logros mundiales en ese sentido.

El artículo plantea que, durante muchos años, la política científica ha tenido un asentamiento en la visión utilitaria de la investigación.

Todos los documentos que la postulan incluyen el concepto de que los resultados deben introducirse en la producción y servir a la economía y a la sociedad.

Sin embargo, son muchos los que demuestran una potencial utilidad para la creación de valor económico y bienestar de los cubanos que nunca han tenido oportunidad alguna de alcanzar las posibilidades anunciadas y perseguidas por sus investigadores.

De hecho, este problema nodal es el foco de atención actual de la dirección del ministerio encargado de esas misiones.

Por lo tanto, la creatividad e iniciativas de la vida diaria en la sociedad, como muchos resultados científicos, pueden producir valor económico y padecen de una desconexión entre la creación del conocimiento específico y la creación del valor económico.

Tales resultados aparecen atractivos para ser usados en una economía dinámica, pero no logran participar jamás en ella. Incluso, puede ocurrir que, al poco tiempo, se presenta un producto similar procedente del extranjero como una importación.

Por tanto, recalcan que el actual diseño económico responde a una planificación conceptualmente afectada, donde la evaluación de los bienes y servicios es incierta por carecer de una referencia monetaria única y donde no se considera la competencia como elemento dinamizador.

Indican que a esas empresas que surgen de las universidades y centros de investigaciones con el capital inicial proporcionado por los grandes productores se les suele llamar “spinoff” (desprendimientos) del sector de creación de conocimientos.

Suelen ser pequeñas, y su gestión tiene componentes administrativos y científicos en proporciones adecuadas para lograr el mayor éxito posible.

Luego de un extenso análisis sobre este tipo de relaciones con la economía, el artículo señala que hace falta dinamismo, poca burocracia, descentralizaciones, capital inversionista preferiblemente público, personas que sepan lo que se quiere producir y los que sepan o aprendan a gestionar los procesos.

Pero todos esos son ingredientes se pueden juntar aún en el pueblo con los debidos incentivos. Hace falta también, eso sí, que se “cambie todo lo que debe ser cambiado” y también ejercitar el pensar y hacer revolucionario del autor de esta frase (Fidel Castro), concluye el comentario. (Redacción Digital)

ARTÍCULO RELACIONADO

FNY

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente