El lugar donde se estrenó Cecilia Valdés, el referente de las noches habaneras donde actuaban Rita Montaner y los grandes personajes del teatro bufo cubano como el negrito y el gallego, se encuentra ahora mismo cerrado. El pasado 6 de mayo fue dañado por la explosión que dejó 47 muertos y más de 90 heridos en el hotel Saratoga.
Es junio, en La Habana el calor hace sudar las calles y en el teatro Martí deberían estar ensayando y estrenando. Pero los daños de la cubierta, carpintería y varias áreas mantienen trabajando a numerosas brigadas dentro de las paredes de lo que alguna vez Eusebio Leal llamó un “hueco a cielo abierto”. Así lo dijo el historiador de la ciudad cuando se decidió restaurarlo a finales de los años 80.
Hoy el teatro Martí, luego de ocho años reinaugurado y pandemia mediante, vuelve a enfrentarse a una ardua restauración, que espera concluir, con buen término, después de septiembre. Cubadebate se acercó a los lugares aledaños al Saratoga afectados tras la explosión, para conocer sobre el estado actual de los trabajos que allí se realizan.
Según nos adelantó Nercy Sánchez Ricardo, especialista del grupo inversionista que está llevando a cabo la restauración, ya se han cambiado nueve vigas de la cubierta y están trabajando en encontrar una solución para eliminar la entrada de agua que ocurre cada vez que llueve. “Mientras no logremos detener la entrada de agua el avance será muy lento”, apuntó.
Los especialistas también trabajan en arreglar el sistema de clima y dos brigadas de carpintería, una en la planta baja y otra en los niveles superiores, restauran todo el material que está destruido.
La Asociación Cultural Yoruba es otra de las instituciones que sufrió daños tras la explosión del Saratoga. Ese día, luego de los derrumbes, el humo y el estruendo, su azotea fue utilizada por los bomberos para rescatar a vecinos del edificio contiguo. Tiempo después se ha usado también para rescatar pertenencias de esas mismas personas cuyas casas fueron destruidas.
Su presidente, Roberto Padrón Silva, contó a Cubadebate que ya cuentan con el dictamen técnico de la Oficina del Historiador y la disposición de esta y el gobierno para hacerle frente a los daños constructivos, sobre todo en carpintería y cristalería.
Además, “el techo tiene distintos desniveles, un muro de al lado se cayó para acá. Los puntales de las columnas redondas tienen rajaduras”, agregó Padrón Silva, que estaba en una reunión fuera aquel 6 de mayo y nunca olvidará la llamada en la que le contaron lo que había pasado. Después de aquello, llegó en minutos y se conectó con los bomberos para hacer frente y ayudar.
Actualmente la Asociación Cultural Yoruba se encuentra funcionando a media máquina. “Estamos recibiendo algunas asociaciones e inscripciones. Hay muchas funciones que se hacían aquí que aún no se pueden llevar a cabo hasta que se decida qué se hará con el Saratoga”.
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El día que explotó el hotel, el viernes 6 de mayo a las 10:51 (hora local), Aurora Barceló Cuba, alias Loli, salió corriendo, como todos los maestros de la escuela primaria “Concepción Arenal”, a poner a salvo a sus alumnos. En el centro escolar, ubicado justo al frente del hotel Saratoga, hubo varios niños heridos y los daños materiales se cuantifican fundamentalmente en cristales, puertas y ventanas.
“Yo también soy mamá de un niño del aula que queda frente por frente al Saratoga. Creo que lo ideal sería una clausura de puertas en nuestro centro para que ellos no visualicen el hotel desde el aula. Tengo también una niña en secundaria que recibió un golpe en la cabeza, ella ese día se puso el refuerzo de la vacuna y estaba conmigo en la escuela. Hacía cinco minutos que estaba ahí, fue al aula de la colega mía, Arianna, y cuando ocurrió la explosión le cayó la puerta en la cabeza y se desmayó en el piso, me la sacaron bañada en sangre de ahí. Estuvo tres días en el pediátrico “Juan Manuel Márquez”, comentó la profesora.
Desde el 9 de mayo, cinco profesores de dicha institución con sus respectivos grupos de primero y segundo grados, fueron trasladados a la escuela Rafael María de Mendive, en Prado 89, para continuar con la docencia. De igual modo, tercer y cuarto grados se encuentran dando clases en la secundaria Jorge Vilaboy, y los dos últimos años de la primaria en el politécnico Carlos Rafael Rodríguez.
Loli fue uno de ellos. Dice que, en relación a la explosión, los niños están mejor, aunque todavía algunos no quieren ir a la escuela en la que fueron reubicados temporalmente porque no se adaptan.
“Yo tenía a un niño que ya por lo menos está jugando, él había vivido un derrumbe en Dragones y ahora el Saratoga. Llegó aquí muy mal, se tapaba los oídos y temblaba, las luces le molestaban.
“Los psicólogos han venido en tres ocasiones y se han reunido con nosotros cuatro veces. Cuando vienen a la escuela, abren el aula y conversan sobre ese momento, qué hicieron, qué sintieron, luego les reparten dibujos”, explicó la maestra de primer grado, mientras se disculpaba por interrumpir la conversación a cada rato cuando los padres la llamaban por teléfono y ella les avisaba a los niños que bajaran. Eran las 12:24 (hora local) de un jueves de junio al mediodía y los pequeños estaban en horario de almuerzo.
Loli Barceló comentó que la semana pasada varios especialistas fueron a la escuela afectada para “ir ultimando detalles porque no queremos llevar a los niños para allá sin que esté todo listo”. Agrega que cada vez que ella va a un trabajo voluntario al centro les manda fotos a los padres para que se las muestren a los niños y vean cómo está quedando la reparación de la instalación: “Ellos están muy contentos con volver a la escuela”.
Otra de las maestras que fue trasladada a la “Mendive”, es Rosa Calaf. Justo detrás de la escultura del maestro y Martí acondicionaron su aula de 2do-1. Mientras revisaba las libretas de los pequeños y los preparaba para el comedor, cuenta que todavía hay niños que tienen secuelas, se asustan cuando oyen ruido o creen que ocurrirá una explosión. Por eso –dice– los psicólogos han desempeñado un papel importante en esta etapa. “Pensábamos ir para allá pronto, pero ya se detuvo de nuevo porque la escuela todavía no está lista, por lo que debemos esperar un tiempo más”, señaló.
Hasta las 10:00 (hora local) del 27 de junio, producto de la explosión que vistió de luto a toda Cuba, resultaron lesionadas 99 personas, de ellas una aún se encuentra hospitalizada, 51 pacientes recibieron el alta médica y 47 fallecieron. En las próximas semanas, un equipo de Cubadebate continuará informando sobre las labores de recuperación en centros estatales y viviendas afectadas tras la explosión del hotel Saratoga. (Cubadebate)