Desde que el niño Bryan pisó un terreno de béisbol a la edad de seis años, siempre le gustó ser receptor.
Al llegar a la categoría 9-10, no lo dudó ni un segundo cuando los profesores preguntaron quién quería calzarse los arreos: levantó la mano en medio del estupor de su padre, que lo observaba desde las gradas.
"Yo veía a los cátcher por televisión y me llamaban mucho la atención todos esos implementos que tenían. Mi papá no quería, y lloré mucho por eso, porque era lo que más me gustaba, pero esa fue mi oportunidad y desde entonces no he hecho otra cosa en el béisbol. Si volviera a nacer escogería serlo de nuevo", declaró.
Muchos niños temen agacharse detrás del plato cuando están dando sus primeros pasos en este deporte por la complejidad de la posición, un lugar donde hay que estar dispuesto a recibir los golpes más violentos, y donde se necesitan ciertas herramientas especiales para poder hacer bien el trabajo, pero Bryan estaba dispuesto a todo.
"Me gustaba porque es el jugador que se encarga de la mayoría de las acciones de juego y siempre está en actividad. Ahí me podía lucir, ya que en cada lance tenía la oportunidad de hacerlo bien y aunque es una de las posiciones más complicadas me gustaba asumir ese rol de tanta importancia en cualquier equipo de pelota", confesó.
Bryan González no hizo quedar mal a los que confiaron en él y a partir de ahí integró todos los equipos de la provincia en las diferentes categorías. En los juveniles fue escogido para reforzar el equipo Granma, escuadra que terminaría en el segundo lugar del campeonato.
«Eso fue una bonita experiencia. Ese año estuve en la preselección del equipo nacional, pero lamentablemente no se efectuó el evento», recordó.
El momento más feliz de su carrera llegaría después, cuando fue convocado para integrar las filas del equipo Industriales en la serie 60, el equipo más grande del país, según sus propias palabras, y donde compartiría con un pelotero que siempre fue su ídolo, desde la infancia: Frank Camilo Morejón.
"Siempre usé su número en la espalda e iba al estadio Latinoamericano solo para verlo jugar a él. Sentí un gran orgullo al estar a su lado", dijo.
"Cuando dieron el equipo por las redes sociales me puse muy contento, al igual que todos en la casa, ya que ese fue mi sueño desde pequeño", agregó.
El novato apenas tuvo siete turnos oficiales al plato, pero pudo demostrar sus dotes defensivas en las pocas entradas que jugó al campo, hecho que le valió para volver a ser convocado en la pasada campaña.
A pesar de ser catalogado como un receptor defensivo, Brayan aprovechó los 10 turnos al bate que le dieron este año, pegó cuatro imparables (incluido par de dobles) y trajo para el plato a cinco corredores, además de no cometer errores en 19 lances.
"Me considero un receptor más defensivo que ofensivo, a pesar de que en las categorías más pequeñas era lo contrarío. Siempre me caractericé más por el bateo, pero, cuando entré a la etapa juvenil, me centré más en la defensa", aseguró.
"La verdad es que Frank Camilo me ha ayudado mucho en ese aspecto, y estoy seguro de que todo me saldrá bien en este campeonato, tanto a la ofensiva como a la defensiva", vaticinó.
Luego de la derrota en los playoffs contra los Alazanes de Granma, el momento más triste de su vida, Bryan González se alista para el VII Torneo Nacional Sub-23 que comenzará el próximo 2 de agosto, donde será el receptor titular del conjunto.
"Me dolió mucho esa derrota, al igual que a mis compañeros, porque fueron muchos meses de sacrificio y sudor. Yo quería ganar, aunque no tuviera tanto protagonismo en el equipo, pero las pocas veces que salí a jugar lo hice con todas mis ganas", dijo.
Con relación a este equipo Sub-23, el que es ahora uno de los más experimentados del elenco aseguró que, aunque el plato fuerte es el picheo, hay muchos jóvenes de calidad en el área del bateo y que van diario al terreno a darlo todo.
Estoy muy emocionado de que sea así y tengo mucha fe en que tendremos un buen resultado este año, puntualizó.
"A los aficionados quiero enviarles un saludos de mi parte y de todo el colectivo, y decirles que no esperen menos de nosotros que no sea el primer lugar, siempre respetando a los demás equipos por supuesto", concluyó.
No quiso terminar nuestra conversación sin antes mencionar a varios profesores que han sido muy importantes en su desarrollo como atleta, entre ellos a los entrenadores Yoandry Valdés, Luis Puente, Adrián Arguellés y Antonio Scull, este último miembro del colectivo de dirección del actual equipo Sub-23. (Tribuna de La Habana)