Que un país tercermundista, caribeño, mestizo, y con una historia de medio siglo de severas dificultades económicas, pueda mostrar ante el mundo un grupo de música antigua de extraordinaria calidad, con un repertorio en buena parte nacional, con un instrumentarium donde hay más de una pieza de antigüedad legítima; un grupo que puede competir en festivales internacionales de este tipo de música y causar admiración en los medios especializados de Europa y América, es un fenómeno del desarrollo artístico experimentado por nuestro país.
Que en Cuba haya sido rescatada y dada a conocer la
obra de un músico como Esteban Salas, quien no tuvo parangón en su tiempo en el
Nuevo Mundo; que cada concierto de estos géneros musicales transcurra a lleno
completo, y tras la última nota el público permanezca como embrujado en las
salas; que en pleno auge de ciertos géneros de música popular que promueven la
chabacanería, la violencia y toda clase de manifestaciones de la cultura
marginal, cada vez un mayor número de jóvenes vuelva sus ojos hacia los
instrumentos y las partituras de la música antigua, y la Iglesia de San
Francisco de Paula se haya convertido para algunos de ellos en una meca de
sueños… Sí. No se trata de una novela o de un filme de ficción. Todo esto está
ocurriendo desde hace más de 20 años. Es
real. Y despierta expectativas de índole diversa, surgen preguntas, inquietudes
nuevas.
Mucho de lo alcanzado (y no nos atrevemos con
estadísticas) se debe al doctor Eusebio Leal Spengler (1942-2020), quien en febrero de 2013,
siendo el director de la Oficina del Historiador de la Ciudad, nos concedió una
entrevista que, por su actualidad, retomamos ahora.
Yo había logrado aquel intercambio, tras semanas de
intensa procura. Luego de asistir (de refilón) a una extensa entrevista
concedida a otro medio de prensa sobre los sucesos de La Mejorana y la muerte
de José Martí, devenida conferencia magistral, logré, al fin, mis ansiados 26 minutos
para conversar con el hombre que hizo posible la mencionada cadena de milagros,
tal vez infinita.
¿Por qué la Oficina del Historiador de la Ciudad se ha
interesado tanto en apoyar el desarrollo de la música antigua?
En realidad ese trabajo intenso y arduo lo ha llevado
Teresita Paz, que ha sido la directora y fundadora del grupo Ars Longa, y su
esposo, y también, desde luego, la musicóloga Miriam Escudero, que ha realizado
una investigación extraordinariamente meritoria. Yo los conocí cuando eran muy
jóvenes, cuando estaban llevando hacia delante su proyecto de arte, y estaban
necesitados de ciertos elementos, como eran, precisamente, los instrumentos
antiguos. Entonces yo les ofrecí que la Oficina del Historiador los apoyaría
para conseguir esos instrumentos antiguos. Era un momento muy crítico para la
cultura cubana. Le pedimos al Ministro
de Cultura, a través de Alicia Perea, gran persona a quien quiero y agradezco
tanto, que ese grupo pasara a la Oficina del Historiador, para poderle dar todo
el apoyo que nosotros en ese momento podíamos otorgarle.
Inmediatamente Alicia también gestionó la entrega del
edificio del antiguo hospicio de la Iglesia de San Francisco de Paula, que
estaba ocupado por varias familias. Esto ocurrió uno o dos años después de la
muerte de Odilio Urfé. Entonces todo ese lugar tenía mucha importancia para
Cuba, para la música cubana, para la memoria de la música.
Alicia me dijo: “Nosotros no podemos hacer nada, el
edificio está ocupado”. Y me dio el edificio. Nosotros construimos las
viviendas y llevamos a las familias a viviendas nuevas, reconstruimos el
oratorio de Paula, les pedimos cooperación a los artistas modernos. Le pedí a
Gómez Cairo, muy generoso, lo fue, las cenizas de Claudio José Domingo Brindis
de Salas, y se llevaron allí, a Paula, para mayor significado y simbolismo. Y
finalmente Ars Longa se encuadró dentro de la Oficina.
Casi al mismo tiempo se fundaba
Habana Radio, y la emisora se convirtió en una especie de amplificador de la obra
de Ars Longa. Comenzamos a hacer las primeras impresiones discográficas. Y Ars
Longa llegó a conformar una colección muy importante.
Ellos han recorrido el mundo, y han confirmado la
importancia que tiene el redescubrimiento. Hasta ese momento nada más que se
hablaba de la música de Esteban Salas, y aunque Esteban Salas es el objetivo
fundamental de las investigaciones de Miriam Escudero, después aparecieron
otras figuras importantísimas, coetáneos de Salas y posteriores a él, como el
maestro Pagueras.
Han hecho una investigación en todos los monasterios
antiguos, en los libros, para buscar música, han encontrado con éxito mucha
música, y ya en este momento hay una obra de música antigua muy sólida, muy
reconocida. Han asistido a los festivales en Bolivia; han acompañado a Claudio
Abbaddo, por deseo del propio Abbaddo, a Italia, han cantado en la Coral de
Santa Cecilia; en el Senado francés; en catedrales españolas; en catedrales
iberoamericanas; y son, sobre todo, muy admirados en Cuba. La gente los aprecia,
los distingue, y cuando se habla de Ars Longa, se habla de un grupo de mucha
calidad y calificación.
En diez años se ha hecho mucho, se han formado,
además, otros ensembles de música antigua. Están El Gremio, Cantiga Armónica,
Ars Nova…; ha habido muchos conciertos; el Festival de Música Antigua se
celebra todos los años; ya existe una discografía impresionante, y varios
premios en la categoría de música clásica del Cubadisco. Tengo entendido que
todavía no se ha creado una categoría para la música antigua, así que Ars Longa
ha competido con las principales instituciones de la música clásica en Cuba y
ha ganado varios Cubadisco. Es una labor muy meritoria. Además, existen las
investigaciones de Miriam Escudero en el campo de la musicología. ¿Cómo usted valora
los resultados del trabajo que se ha realizado hasta hoy en la música antigua?
Bueno, no olvide que yo no soy un experto en música,
no puedo hacer un análisis en profundidad, solo soy un cultor, un admirador del
arte musical y particularmente de esta expresión. Me interesa muchísimo, porque
creo, además, que la música antigua está muy relacionada con la música
eclesial, que es una música tan particular, y está muy ligada a la música
coral; entonces, el hecho de que antes de Ars Longa, y aún después, florezcan
grupos como los que has mencionado, de que tengan una relación muy armónica con
María Felicia, con Digna Guerra, con Alina Orraca, con los directores de todas
estas grandes agrupaciones corales, van enriqueciendo mucho el género, han
apuntado mucho la flecha hacia ese objetivo, y yo creo que se ha logrado.
Cuando se celebra el Festival, por
ejemplo, y vemos celebrar el Festival con la asistencia de grupos de otras
partes del mundo, solistas importantes que vienen… Y ya no solamente es Paula,
que es muy pequeña, donde tienen su lugar de ensayo habitual. También San
Francisco, San Felipe Neri, la propia Catedral de La Habana, se ponen en
función de esto.
Estamos asistiendo a un hecho cultural sobresaliente,
de mucha importancia, que da mucho equilibrio a la música cubana, y en eso
coinciden no solo María Teresa Linares, Gómez Cairo, sino que era una
aspiración de Argeliers León, muy grande, muchas veces le escuché hablar sobre
esta urgencia del cultivo de los orígenes de la música nuestra en su base histórica.
Y también es un elemento de demostración de
importancia de las técnicas musicales. Date cuenta que los instrumentos, por
ejemplo, se han hecho en distintas latitudes del mundo; hay un instrumento, un
clave, que fue adquirido en Londres, otra pieza, preciosa, adquirida en
Galicia, en un Luthier famosísimo. A
partir de ahí se ha creado un estudio de luthiería que dirige Miriam Escudero
en la Plaza Vieja, con el apoyo, nada menos, que de Cremona, la ciudad italiana
donde desarrolló su labor Stradivarius, uno de los grandes maestros
constructores de instrumentos de cuerda.
Quiere decir que son muchas cosas, además de la obra
enciclopédica escrita; falta un solo tomo de la obra de Miriam Escudero, que yo
creo que es una obra monumental elogiada por Leo Brouwer y por todos los
grandes músicos cubanos. (Gina Picart)