El sueño fundacional de la Radio Cubana (III y final)


La magia de la radio en Cuba es de continuidad y pasión. Desde aquel memorable 22 de agosto de 1922 hasta hoy, se han multiplicado las estaciones de radio en el país. Arribamos al centenario con 100 emisoras de este medio en la nación.

El sueño de aquellos primeros artistas, técnicos y ejecutivos se ha convertido en miles de horas diarias de trasmisión en todos los rincones de Cuba.

“Cada emisora de radio es una escuela, un centro de comunicación y una institución cultural. Sin ese hacer común, la experiencia, la huella de muchas generaciones y la continua reproducción simbólica y material de estos tiempos, ya no es posible concebir la civilización humana”, reconoce el periodista Reinaldo Cedeño.

Mi profesor de dirección de radio, Alfonso Bandera, es el autor de una conferencia titulada Cenicienta siempre tuvo zapatos de cristal. En ese texto, defiende el verdadero sentido artístico del medio de comunicación.

La grandeza de la radio vive en ondas invisibles, y su verdadera genialidad reside en la capacidad artística de los que la crean para combinar voces y sonidos. La existencia plena, lo que rompe la invisibilidad son esas imágenes que enamoran multitudes, sin distinción de edad o género.

Desde la conceptualización de sus funciones, las formas de realización y la puesta en bocina de los contenidos, nuestra radio es un unicornio en este siglo XXI.

Nos corresponde seguir adentrándonos en el universo de las tecnologías para llegar cada vez más hondo a las nuevas generaciones de cubanos. El sueño fundacional de la Radio Cubana es una verdad imparable, Luis Casas Romero lo sabe. (Abel Rosales Ginarte)

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