31 de agosto.
1833. Nace en La Habana Ramón Fonst, el mejor esgrimista cubano de
todos los tiempos.
Fue el primer deportista cubano que obtuvo medalla de oro en un evento
Olímpico, lo que ocurrió en la Olimpiada de París en 1900.
Resultó ser un atleta innato, de
gran físico y voluntad, agilidad plena y cálculo preciso.
Ganó también más de 30 trofeos en
tiro de pistola y revólver, boxeo francés y ciclismo.
En 30 años de vida deportiva, cosechó 125 medallas.
Su fallecimiento ocurrió en La
Habana, a los 76 años, el 10 se septiembre de 1959.
1865. Nace Arístides Agüero Betancourt.
Estudió Farmacia en la
Universidad de La Habana.
En la guerra de 1895 a 1898 por
la independencia de Cuba, desempeño la
representación del Gobierno de la República en Armas en los países de América
del Sur.
Ya en los primeros decenios del
siglo XX, se dedicó a la diplomacia. Murió en Berlín, Alemania, en 1933, cuando
cumplía una misión oficial.
1878. Procedente de Guatemala, llega a La Habana José Martí en
compañía de su esposa. En Guatemala, había estado desde abril de 1877 hasta
mediados de agosto de 1878.
En la capital cubana, reside
hasta septiembre de 1879, cuando fue detenido por realizar labores
conspirativas en pro de la independencia cubana. Fue deportado nuevamente a
España.
1934. Son asesinados en La Habana los jóvenes revolucionarios Ivo
Sánchez y Rodolfo García.
El hecho ocurrió cuando Ivo, al
ver que la Policía se llevaba detenido a su amigo, intentó rescatarlo, y fueron
detenidos los dos. Los esbirros manifestaron que los llevaban para el Castillo
del Príncipe, y en la calle G, esquina a 29, en El Vedado, fueron asesinados.
Tendidos en el Aula Magna de la
Universidad de La Habana, lugar donde estudiaba Ivo la carrera de Derecho, los
estudiantes les rindieron homenaje.
El crimen contra los jóvenes revolucionarios levantó una ola de
protestas en todo el país.
1964. El Comandante Ernesto Che Guevara, en carta dirigida al
presidente de la Comisión de Extensión Universitaria de la Universidad de La
Habana, rechaza la propuesta que este le había planteado para que ofreciera una
charla y recibir, a cambio, una remuneración adicional.
Le expresa: “No es posible
comprometerme a la charla a que usted me invita; si lo hiciera, sería sobre la
base de dar todo mi tiempo disponible a la obra de la Revolución. Para mí es
inconcebible que se ofrezca una retribución monetaria a un dirigente del
Gobierno y del Partido por cualquier trabajo de cualquier tipo que sea.
“Entre muchas retribuciones que he recibido, la más importante es de ser considerado parte del pueblo cubano: no sabría valorarlo en pesos y centavos”. (José Pérez-Galdós)