Demoledora huella y llamativos registros de huracán en Cuba

Clasificado como el duodécimo huracán de gran intensidad que azotó la provincia de Pinar del Río en 231 años, Ian dejó una huella de destrucción, junto a llamativos registros, evaluados hoy por expertos.

Además de ser uno de los más intensos que fustigó la zona en más de dos siglos (las estadísticas datan de 1791), el ciclón siguió una trayectoria poco usual, al convertirse en el primero en atravesar el centro del territorio, luego del de 1946, declaró el meteorólogo Humberto Acosta.

Según cómputos preliminares, precisó, el organismo tropical cuyo ojo o núcleo permaneció durante cinco horas y 20 minutos sobre la occidental demarcación, provocó rachas de viento de hasta 218 kilómetros por hora en San Juan y Martínez, donde los pluviómetros marcaron acumulados de lluvia de 202,6 milímetros en 24 horas.

Ian cruzó por Pinar del Río, distante unos 140 kilómetros de La Habana, con vientos sostenidos de 205 kilómetros por hora, próximo a alcanzar la categoría cuatro (vientos de 209 kilómetros por hora) en la escala Saffir-Simpson.

Al referirse a otros datos de relevancia, el especialista subrayó que en la comunidad costera de La Coloma, cercana al punto de entrada del meteoro, el mar penetró unos 300 metros tierra adentro, y el nivel del agua rozó los tres metros, valores similares a los constatados en la vecina localidad de Las Canas.

Posiblemente, el huracán superó el récord de racha máxima para septiembre en cinco estaciones meteorológicas pinareñas, y en tres de ellas los registros históricos, adelantó.

Los habitantes de la provincia recuerdan aún los estragos causados por recientes fenómenos atmosféricos como Isidore, Lili, Wilma, Iván, Ike y Gustav. Ese último estuvo acompañado de rachas de viento de 340 kilómetros por hora, la mayor de que se tiene noticia en los hemisferios occidental y norte, antecedida solamente por otra acontecida en Australia.

Ian ocasionó descomunales riadas, anegó poblados, y dejó cuantiosos daños en viviendas, edificaciones de fines sociales, las redes eléctricas y telefónicas, además de en los cultivos. (Redacción digital. Con información de Prensa Latina)

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