Ante la incapacidad de la
industria para suplir la demanda de pan, se han establecido límites a la venta,
lo cual genera insatisfacción en la población.
Sin embargo, la actual crisis tiene sus raíces en el cerco económico impuesto por el
bloqueo norteamericano, a lo cual se suma la lejanía desde donde se debe
importar el trigo, el aumento de precios de la tonelada del producto y también
del incremento de flete de los buques que lo transportan.
Los barcos, que tardan
aproximadamente 15 días en llegar, cuestan al país aproximadamente 16 millones
de pesos, mientras que la tonelada de trigo supera los 500 euros. Esto ha
afectado el ciclo de pagos, y solo ha sido posible garantizar dos de los tres
barcos planificados.
Se protege, mientras tanto, la entrega de pan de la canasta básica, la
empresa cubana del pan, los círculos infantiles, los centros educacionales
internos, los hospitales y las prisiones.
Se explicó que no existe ninguna prohibición en relación con la venta de pan para los negocios privados. De hecho, cuentan con todas las garantías para importar harina y garantizar su producción de panes, pizzas y otros alimentos. (ACN)