El aniversario 80 del natalicio de Eusebio Leal Spengler, convocó, en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), a un grupo de destacados intelectuales cubanos que ofrecieron testimonios de la cercana relación que sostuvo el "eterno historiador" de La Habana con los artistas y creadores de su tiempo.
Entre los presentes, le dedicaron palabras de gratitud y reconocimiento: Magda Resik, directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; Miguel Barnet, director de la Fundación Fernando Ortiz; Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano; Max Lesnik, periodista y político cubano, y José Villa Soberón, escultor cubano.
Magda Resik expresó que son muchos los involucrados en este acto de tributo a una figura que es recordada como un fundador y un guía, “un hombre que sigue siendo esa luz que nos acompaña y nos ayuda a establecer derroteros”.
Sus acciones, marcadas por la sencillez y la modestia, imponen en quienes se consideran sus discípulos la pregunta constante: “¿Qué haría Eusebio en mi lugar?”. De esta manera, su legado les permite asumir decisiones arriesgadas y enfrentar con valentía los desafíos, a la par que les impide alejarse de los preceptos que él defendía.
Para hablar de la vida y de la sabiduría transmitida se hicieron estos diálogos de consuelo y homenaje al hombre a quien algunos nombraron el Historiador, otros el Orador, el Maestro, el Mecenas, pero todos lo llamaron amigo.
Las anécdotas compartidas por los allí reunidos traslucen el respeto y el afecto hacia Eusebio Leal, permiten hacer un perfil de su personalidad entregada a los valores imperecederos de su patria.
Miguel Barnet, refiriéndose a Eusebio Leal, afirmó que fue un intelectual orgánico, de este modo expresó con mucha sensibilidad:
“No se limitó a la teología, sino que fue a la base, donde se nutrió con alimentos terrestres y cumplió con demandas sociales en el convencimiento de que el propio ser social era el que determinaba su conciencia. Promovió el orden y el progreso sin ser positivista, sin escatimar días y horas de arduo trabajo. Fue un Rey Midas sin corona, y dio lecciones de sacrificio y sabiduría mística. Desdeñó los manuales soviéticos y se acercó al auténtico marxismo, porque partió de la civilización a los orígenes y con ello dio una lección de conducta práctica que muchas veces chocó con el muro ciego de la burocracia. Levantó una pirámide mientras otros solo picaban piedras. En la UNEAC nos mostró su genio de orador convincente, sacando las castañas del fuego en ocasiones de extrema complejidad. No olvidaremos aquellas intervenciones donde dio lecciones de generosidad y desgarramiento al hablar de sus hijos, y de temas tan polémicos y cruciales como el racismo y la fidelidad a la patria y a Fidel. Eusebio fue en la retaguardia un heraldo contra el desencanto, la quinta columna y el oportunismo.”
La ocasión también fue propicia para entregar una medalla conmemorativa por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana a Eduardo Torres Cuevas, cercano a Eusebio Leal por su fecha de nacimiento, así como también por su vínculo con la historia, el pensamiento martiano y el amor por Cuba.
El encuentro concluyó con música, interpretada por la agrupación Ktalejo, jóvenes artistas que se han involucrado en las acciones de celebración por el 80 aniversario de Eusebio Leal.
El tema que compartieron con los presentes, Profeta del amor, forma parte de una producción musical recientemente lanzada: una colaboración entre Bis Music, Artex y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. (Redacción digital. Con información de Habana Radio)