A la bolsa comercial de mayor importancia en el Caribe y una de las más representativas de Latinoamérica, asisten empresarios de 62 naciones de los cinco continentes, lo cual demuestra la confianza en el mercado cubano, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero que impone el Gobierno de los Estados Unidos al país sede.
Resulta alentador que la muestra
expositiva, de más de 16 mil 500 metros cuadrados, es similar a la de 2019, la
última edición antes de la pandemia de COVID-19.
En las palabras inaugurales, Marrero Cruz explicó que, como consecuencia
de la crisis económica internacional, el comercio y las inversiones se han
perjudicado mucho con el ascenso de los precios de los alimentos, el
combustible y las materias primas, el incremento de los fletes marítimos y
aéreos, la retención de los flujos financieros de la inversión extranjera y la
caída del turismo, entre otros aspectos.
Más adelante, explicó que Cuba no está ajena a este contexto que la convierte en un país vulnerable, ante esta situación internacional y el recrudecimiento del cerco estadounidense.
Marrero Cruz expuso las acciones
que, a lo interno, el país desarrolla en función del cumplimiento de la agenda
2020-2030.
Cuba no está aislada; no solo resiste, sino que no renuncia a avanzar en su desarrollo, a lo que contribuirá esta Feria Internacional de La Habana, aseguró.
Cuba se levanta y no se detiene en el camino hacia el bienestar y la justicia social, remarcó el primer ministro.
LA HABANA PROMOCIONA SU CARTERA DE NEGOCIOS
En la cita, la capital cubana está representada por un stand del gobierno de la provincia, que acude por primera vez a promover y buscar socios para su Cartera de Negocios, con vistas a la Inversión Extranjera.
La actual participación tuvo una
antesala cuando la Villa de San Cristóbal de La Habana celebró en 2019 el
aniversario 500, pero en esa ocasión su incursión fue solamente promocional.
Esta vez, La Habana presenta proyectos
con posibilidades para inversión en el transporte, la producción de alimentos,
los materiales de construcción y otros frentes identificados entre las
prioridades de la urbe.
Desde 1983 se realiza Fihav, que retorna a su sede habitual, con una
representación diversa de los sectores de la economía cubana.
La presente edición es reflejo, además, de las transformaciones que tienen lugar en el escenario económico interno.
Por primera vez, acuden casi 70 micro,
pequeñas y medianas empresas cubanas, junto a cooperativas que muestran sus
productos y servicios en el Pabellón Central, junto al resto de las entidades
nacionales, que participan algunas con stands y otras en la modalidad de
visitante profesional.
La cita abre la posibilidad a nuevos negocios comerciales en beneficio de la economía del país. (Reyna C. Turro Caró)
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