A la distancia de los años, puedo afirmar que, por su nivel de gestión, fue Fidel Castro el primer delegado de circunscripción que conocí, mucho antes de que en 1976 se crearan en Cuba los órganos del Poder Popular.
Un día, a fines de los años 60 del pasado siglo, corrió a la velocidad de un relámpago la noticia de que Fidel estaba en Herrera, otrora batey azucarero de donde soy oriundo: el municipio de Mayarí, en la provincia de Holguín.
Como bola por tronera, salí a verlo, y lo vi, pero hasta ahí. Después supe, ya más grandecito, o menos pequeño, que paró en el pueblecito porque -entre otras versiones que escuché- uno de los jeeps de la caravana se había atascado en el fango. Pero, bueno, “al grano”, como decimos los cubanos: los vecinos le plantearon la ausencia de por vida de electricidad y de viales pavimentados, fundamentalmente.
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| En Mayarí, Holguín, hablando con delegados al Festival de la Juventud y los Estudiantes, en 1965. Foto: Instituto de Historia/Fidel Soldado de las Ideas. |
Al poco tiempo, se les daba solución a aquellos planteamientos de los vecinos de Herrera, formulados en una asamblea accidental y sui generis.
En días como hoy, recuerdo este pasaje de mi vida, relacionado con Fidel, como muchos otros hijos de esta patria, que tienen sus anécdotas con el excelso líder revolucionario.
Él acompaña a los buenos cubanos en cada combate por la soberanía y la independencia del país, por eso este 27 de noviembre, Fidel también estará en las urnas donde vamos a depositar el voto en las elecciones de los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. (Nixon Fuentes Pérez)
