Es un nuevo aniversario de su partida física, no de su ausencia. Las ideas de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana, y su ejemplo y vida en favor del pueblo hacen realidad el pensamiento martiano de que “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.
El
Comandante en Jefe continúa siendo referencia vigente y necesaria, de líder
multifacético, siempre creando, orientando, supervisando, convenciendo,
enseñando y aprendiendo de la sabiduría popular, intransigente ante lo mal
hecho y exigiendo transparencia y calidad en todo lo nuevo, venciendo batalla
tras batalla, sin importar lo duro que sean los desafíos o las agresiones
enemigas.
Ante
cada dificultad muchos cubanos se preguntan: “qué hubiera hecho Fidel”, y en
cada nueva obra en beneficio del pueblo habrá siempre alguien que diga: “así lo
querría Fidel”.
En
cada conquista, nuestros científicos formados por la Revolución recordarán a
quien supo ver, tempranamente, que “el futuro de nuestra Patria tiene que ser
necesariamente un futuro de hombres de ciencia”. Fueron precisamente esos
científicos, inspirados en él, quienes concibieron, en tiempo récord, las
vacunas que liberaron a Cuba de la pandemia de la COVID-19, y las ofrecieron a
otros pueblos.
El
legado de Fidel no podría resumirse en cientos de cuartillas ni en colecciones
de libros o documentales, pues sus discursos, encuentros, artículos y
reflexiones calaron en varias generaciones, que aprendieron con él a valorar el
orgullo de ser cubanos.
Cuando
las acciones del vecino del norte se empeñan cada día en estrangular al pueblo
cubano, incrementando las carencias y necesidades básicas, no podemos dejar de
recordar los momentos previos a la invasión mercenaria de Playa Girón, en el
entierro de las víctimas del criminal bombardeo, cuando Fidel explicó a la
multitud congregada frente al cementerio habanero, que “eso es lo que no pueden
perdonarnos (los imperialistas), que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos
hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”.
Fidel
Alejandro Castro Ruz nació un 13 de agosto de 1926, pero no murió el 25 de
noviembre de 2016 en La Habana, a los 90 años.
En la despedida de su dimensión física, millones de cubanos gritaron ¡Yo soy Fidel!, y esos millones son los que se empeñan cada día en demostrarlo, con su optimismo, resistencia ante las dificultades, y confianza en la victoria. (Redacción digital. Con información del sitio www.pcc.cu)