Esta frase, que puede parecer manida, se utiliza mucho para hablar de los audiovisuales dramatizados (series, novelas, cortos, filmes…), aunque algunos suelen agregar aquello de que: «la realidad supera a la ficción» cuando ocurren sucesos inconcebibles en nuestras vidas diarias.
De hecho, ahora mismo hay momentos en que no logro discernir entre la realidad y la ficción. ¿Será que estamos viviendo un nuevo género artístico y no lo hemos descubierto?
Mientras logramos descifrar estas incógnitas nos centramos en el tema que quiero sugerir, pues si bien es cierto que este domingo estamos llenos de tópicos que ocupan nuestra atención como la clausura del Aquelarre y la final del Mundial de Catar, entre otros, no quiero dejar que pase diciembre sin hablar de cine, porque tuvimos Festival en La Habana y porque dedeté y los caricaturistas están muy vinculados al séptimo arte.
Todo comenzó por una pregunta dentro de nuestro gremio a raíz del programa que conduce el colega Taladrid en el que cuestiona al invitado sobre cuál es su filme favorito. Dicho sea de paso, programa al que no hemos sido invitados, como tampoco fuimos invitados al gustado y genial espacio Pasión Mundial, a pesar de que ambos conductores, Taladrid y Camilo, son nuestros amigos. Debe ser porque Laz no sabe nada de fútbol ni Adán de cine.
Cuando lancé la interrogante en nuestro grupo de WhatsApp hubo mucho titubeo, excepto Osval (que ha demostrado ser un hombre directo y seguro, según sus seres queridos más cercanos), quien rápidamente apuntó, mejor dicho, anotó que para él era el filme cubano La muerte de un burócrata, del destacado realizador cubano Tomás Gutiérrez Alea, porque dicha obra, varias décadas después, conserva una frescura que parece escrita y estrenada en la tarde de ayer. Lo de la tarde de ayer es una metáfora, lo digo porque no faltará quien me aclare que esa película fue realizada en 1966.
Yoe, caricaturista de Palante, preguntó que si su película preferida podía ser un animado, y que no quería chistecito con Color púrpura (Steven Spielberg, 1985, EE. UU.). Laz dijo que si a él lo invitaban no iba a proponer un filme animado, aunque estaba consciente de que existían muchos, y muy buenos. Y tiene razón, porque desde Planeta Salvaje (René Laloux, 1973, Francia) hasta la recién estrenada versión de Pinocho (Guillermo del Toro y Mark Gustafson, 2022, Estados Unidos), la animación ha demostrado merecer un pedestal junto a cualquier otra fórmula de realización.
En realidad, pocos se decidieron por un título y es que como antes dije, el cine es la vida misma. Una pasión profunda, al igual que el fútbol, idéntico al amor. Nadie logra quedar satisfecho con un solo título. Nadie queda exento: aquellos que apostaron por un equipo que ha sido eliminado en el Mundial han ido acomodando sus gustos y hoy le van a Argentina o a Francia, por alguna razón. Preguntar cuál es tu película favorita es igual que preguntar cuál ha sido tu mayor amor. Similar de complejo, porque cada persona amada que ha llegado a tu vida deja huellas diferentes… así pasa también con el cine.
Para mí, por ser cubano, por lo que significó para nuestra sociedad en el momento que fue realizada, porque ha dicho más de Cuba que cientos de discursos y conferencias, porque es un inmenso himno al amor y la amistad, mi película preferida es Fresa y Chocolate (Tomás Gutiérrez Alea, 1993), entre otras… (Tomado de Juventud Rebelde)