Cultura entre las manos, catorce años por la inclusión (+ fotos)


De un recorrido por el Centro Histórico y un café en una terraza habanera nació una idea muy ambiciosa. Dos amigas, Carmen Salgado y Yalena Gispert, se cuestionaban el por qué las personas sordas no participaban de esos recorridos de Rutas y Andares y, por supuesto, no conocían de un medio de comunicación como la radio. Creyeron que sería algo difícil de lograr pero no imposible.


Para entonces, Yalena ya trabajaba como comunicadora de la Emisora Habana Radio y sabía que este sector poblacional no era un público meta en la estrategia comunicativa de la emisora. Eso debía cambiar. Pasaron meses de investigaciones y de aunar a otros colaboradores para el proyecto, nacía entonces el 16 de noviembre de 2008 Cultura entre las manos: Seña, interculturalidad y desarrollo.

“Cultura entre las manos fue una idea, fue un deseo que surgió a punto de partida de disfrutar, de conocer, de ver toda la rica vida cultural del Centro Histórico promovida por un medio de comunicación como la radio, Habana Radio, que se encuentra propiamente en el Centro Histórico. Esta emisora cuenta con profesionales ante los micrófonos, que no son únicamente locutores son especialistas en los temas que tratan. Una emisora que tiene una estrategia de comunicación flexible y que tenía la intención de llegar a nuevos públicos y ampliar ese concepto de lo comunitario con el cual comenzó en el año 1999”, cuenta su gestora la MSc.Yalena Gispert de la Osa.

 

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Fuera de este público siempre quedaban aquellos con deficiencias auditivas:


“Entonces buscamos esta alternativa de comunicación que fue sacar Habana Radio de su espacio físico al encuentro cara a cara con esta población, que se comunica señando, en su lengua de señas, la cual es el valor cultural por excelencia que distingue a esta comunidad.”

Para sacar adelante este esfuerzo se integraron varias instituciones dentro y fuera de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, entre ellas su Dirección de Cooperación Internacional, Habana Radio, La Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX) de la Universidad de La Habana y la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC)

 

La primera experiencia

El mismo día que La Habana arribaba a su aniversario 489 y como parte de las actividades por la celebración, Cultura entre las manos hacía su primer recorrido de ciudad por la calle Amargura, para mostrar los valores patrimoniales de sus inmuebles y las principales obras de restauración y rehabilitación de la zona. 

“Aquello fue totalmente revelador tanto para ellos como para nosotros –recuerda Gispert de la Osa–. Los sordos decían que era algo indescriptible, vieron y conocieron elementos que hasta el momento desconocían y a nosotros nos hizo ver que sí tenían interés, pero no tenían el espacio. A partir de ahí y de las opciones del Centro Histórico les propusimos: los recorridos de ciudad, porque estaban los especialistas y los intérpretes; los cursos de lenguas de señas, con Instructores de la Asociación de Sordos y de la Universidad de La Habana; y la inserción de la lengua de señas cubanas en algunos de los materiales que ya la productora de audiovisuales de la OHCH tenía realizado.” 

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 A partir de ese momento se volvió costumbre tanto los recorridos como los encuentros mensuales. Estos últimos se realizan el último sábado de cada mes y cuentan con la presencia de un especialista de un área de interés de la comunidad, se visiona una película o se invitan a personalidades para conversar sobre su obra.

“Era la oportunidad para tener esa retroalimentación de cuáles eran sus intereses, preocupaciones, sus deseos, sus carencias intelectuales y qué tenían ellos para ofrecernos a nosotros: sus pantomimas, sus lenguas de señas y en ese intercambio el proyecto fue consolidándose”, asegura la fundadora de Cultura entre las Manos.

Cabe resaltar que este humanista proyecto sociocultural ha contado con la gestión de la Dirección de Cooperación Internacional para el apoyo del Fondo de Canadá-Cuba para Iniciativas Locales (CFLI), en 2012 y; de la Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes, Euskal Fondoa en el marco de los proyectos: “Fortalecimiento y diversificación del programa de atención social en el Centro Histórico de La Habana: adultos mayores y colectivos con necesidades especiales”, en 2017 y “Fortalecer los programas de inclusión social de personas con discapacidad”, a cargo de la OHCH, en 2022.

 

Un poco de historia sobre la lengua cubana de señas

Pudiera pensarse que las lenguas de señas son internacionales o al menos, comprendidas por hablantes de la misma región, pero para nada es así. Actualmente, existen al menos 300 lenguas en el mundo, cada país cuenta con la suya aunque puede darse el caso de encontrarse más de una en un mismo sitio, según refiere la Federación Mundial de Sordos. Y aunque la lengua señada data de hace más de 200 años, su historia en Cuba es aún muy reciente.


La Lengua de Señas Cubana (LSC) se introdujo como alternativa pedagógica en las escuelas de niños con discapacidad auditiva a partir del año 1994, hace apenas 28 años. Hasta ese momento, solo era usada por las personas sordas de manera cotidiana en la calle; por tanto, existían códigos que manejaban unos grupos y otros no.

 

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“La Lengua de señas cubanas en el ámbito cultural está siendo gala de descubrimiento, en su mayoría son cosas visuales que para ellos son llamativas, ahora la conocen y si reciben información de este tipo en un medio de comunicación ya tienen una referente”, argumenta la también defectóloga Yalena Gispert.

Cada 23 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día de las lenguas de señas, establecida por las Naciones Unidas (ONU) en 2018 con el fin de concienciar sobre la importancia de estas para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas.


En el caso de Cuba, desde la fundación de la ANSOC en 1978, se promueve el respeto de esta lengua y su introducción de la misma en el contexto pedagógico. También su política institucional prevé el aumento del número de plazas de intérpretes, y la preparación de personas con discapacidad auditiva como auxiliares pedagógicos e instructores de la LSC.


Actualmente la comunidad sorda aboga por la legalización de la lengua de señas cubanas como segunda del país y la aprobación de una ley que proteja a las personas con discapacidad, la cual no existe en Cuba, a pesar del respaldo gubernamental para que se reconozcan y respeten sus derechos.

 

¿Cómo llega Cultura entre las manos a sus cumpleaños 14?

Catorce años después, el proyecto constituye una obra de referencia para Cuba y para el resto del mundo. De lo novedoso de su enfoque y los logros con la comunidad sorda de nuestro país recae su trascendencia. Bastaría recordar las palabras del Doctor Eusebio Leal, al celebrarse el décimo aniversario de este proyecto cuando afirmó que era un “programa de extraordinaria vigencia”, para darnos cuenta de la relevancia. 

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Los aportes sociales van desde el aumento de la autoestima por parte de los participantes, el crecimiento de su cultura general hasta la especialización en temas patrimoniales. Hoy, Cultura entre las manos trabaja en ampliar su recepción en los niños y adolescentes a través de talleres y cursos, y de esta manera ganar ese público, que hasta el momento se encuentra rezagado en su estrategia.


Hasta ahora, la itinerancia por el Centro Histórico, las redes sociales, una página de Facebook y un grupo de Whatsapp eran los sitios de contactos para la comunidad, pero ya era necesario un espacio de socialización y de referencia para este sector poblacional, llega así la sede en un bello edificio restaurado frente a la bahía.

 

La nueva sede en el edificio Narciso López 

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La restauración del Centro Histórico habanero combina el rescate de los inmuebles patrimoniales con el rescate de la vida social de esta zona antigua. De esta manera, se mantiene leal al pensamiento del Historiador de la Ciudad de mantener una ciudad viva. El emplazamiento donde Cultura entre las manos tiene su sede desde el 16 de noviembre de 2022 está totalmente rehabilitado y cuenta con 13 viviendas además del espacio cultural.

“El edificio Narciso López (Narciso López e/ San Pedro y Enna) tendrá también en la zona inferior uno de los espacios más nobles y hermosos que pueda haber diseñado la Oficina del Historiador para una de esas comunidades que a veces tenemos relegadas o preteridas, y que hoy están insertadas en un proyecto sociocultural como Cultura entre las manos”, resaltó la doctora Magda Resik en reciente conferencia de prensa al referirse al espacio.

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Con la colaboración del Lic. Pablo Riaño San Marful, subdirector de Investigación y Desarrollo de la Empresa Restaura, se pudo conocer un poco de la historia del inmueble. Según documentos de archivo, son muy escasas las noticias históricas acerca de esta edificación, aunque los planos antiguos de la ciudad muestran, desde el siglo XVII, una ocupación de estos terrenos.


Un estudio de las numeraciones antiguas de la actual calle Narciso López, llamada antes Enna o Ena, denota que el terreno estaba dividido en dos parcelas, una correspondiente al número 4 actual, y otra al número 8 actual. Por su parte, el historiador Manuel Pérez Beato, en su muy importante libro Habana Antigua. Apuntes Históricos, relata que esta calle se llamó originalmente Callejón de la Ceiba, Ceiba del Templete y Boquete de la Ceiba, y apunta:

Aunque hoy tiene un ancho proporcionado, no era así antiguamente, porque las casuchas de madera y puestos de frutas y baratijas que rodeaban al Obelisco[1] y la Ceiba estrechaban su capacidad. Este mal persistió aun después de construido el Templete.  La hermosa manzana de casas formada hoy detrás del Templete era en tiempos pasados, dos formadas de casas ruines, ocupadas por bodegas y bodegones, que frecuentaban los marineros y trabajadores del tráfico porteño. (…) (Pérez Beato, 1936)

Hallazgos efectuados en el Archivo Nacional de Cuba, indican que hacia 1774 la parcela identificada con el número 2 estaba en propiedad de la familia Castro Palomino. En esta fecha, don José de Castro Palomino, entonces el dueño, lo vende a la Orden de Santa Catalina de Sena.


De 1851 a 1885, se sitúa la construcción que llega hasta nosotros, fundidas ambas parcelas, con su fisonomía de pura filiación neoclásica, estuvo arrendada para pequeños negocios en su planta baja, y compañías comerciales en sus plantas altas. Su localización privilegiada, a pocos pasos de los muelles de Caballería y la Machina, en pleno trasiego comercial portuario, favorecían los intereses comerciales y los establecimientos de diversos negocios dedicados al ocio, la gastronomía, entre otros servicios.


En el edificio estuvo también un billar, la compañía Territorial Cubana, de Noriega, el Consulado General de Estados Unidos, cafés, distintas compañías comerciales y hasta almacenes de víveres. En su historia más reciente, su uso fue para las viviendas. Y con este precedente se intervino para su rehabilitación.


La institución encargada para llevar a cabo el proyecto de restauración del Narciso López fue la Empresa Restaura de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana. Ellos comenzaron este propósito en 2015, pero no fue hasta 2019 que inició la intervención en la obra por parte de la Empresa de restauración del Patrimonio. 

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El arquitecto Raúl Gortázar Fernández, Jefe de Departamento de arquitectura e ingeniería de la Empresa Restaura, explicó a Habana Radio que este edificio siempre se proyectó para su rehabilitación como un edificio de viviendas.

"Después se concreta que serían tres niveles superiores de apartamentos y en planta baja el espacio de Cultura entre las manos; y en una etapa posterior del proyecto se incluyó una vivienda para discapacitados (…) Acoge doce apartamentos, cuatro por niveles y la vivienda para discapacitados que cumple con todas las normas de accesibilidad y de espacios amplios”. 

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“Desde el inicio quisimos restaurar el edificio para mantener las mismas estructuras de entrepisos y cubiertas de madera, pero no fue posible debido al alto nivel de deterioro; por lo tanto, se incluyeron materiales contemporáneos que permitían las propias regulaciones del edificio. Sí se mantuvo la fachada con los materiales originales. Se conservaron, además, las galerías que circundan el patio con acceso a los diferentes bloques de apartamentos, se construyó una nueva escalera por dentro del edifico a manera de acceso único mientras que pusimos un acceso diferenciado para la vivienda de discapacitados y para la entrada a la sede de Cultura”, aseveró el arquitecto. 

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Yalena Gispert, Directora de Cultura entre las Manos, durante la inauguración del inmueble que acoge el proyecto

Yalena Gispert rememoró que junto a Magda Resik solicitaron el espacio a Eusebio Leal, “quien era un enamorado del proyecto y le encantaba”, Una vez dado el consentimiento, se empezó la búsqueda de la sede, se encontraron dos espacios anteriores pero que por características de los inmuebles no funcionaron hasta que apareció el Edificio Narciso López.


“La estructuración del espacio fue precisamente pensando en las acciones que realizamos. Tenemos un salón multifuncional para los conversatorios, para ofrecer cursos. El salón es desmontable y servirá para realizar talleres de teatro, pantomima o danza, en la medida que ellos vayan solicitando los cursos y talleres se irá adaptando. Allí se proyectarán también películas con pantallas que permiten la interpretación  de la lengua de señas sin extorsionar la visibilidad de los filmes

 

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 “Contamos con un espacio pequeño para el audiovisual donde pretendemos, también pensamos subtitular las películas cubanas y aquellas que sean de interés para la comunidad sorda. Tenemos un departamento de closep caption y dos aulas, una para los cursos de lengua de señas cubana y de inglés escrito para personas sordas y de español como segunda lengua –porque para ellos la primera lengua es la de señas que es ágrafa–. Se ofrecerán cursos de computación, de diseño gráfico, de dibujo. Allí tenemos todo el equipamiento imprescindible para ello. La otra aula es un aula taller, aquí tendremos todo lo relacionado con manualidades: cerámica, pintura, orfebrería y otros. 

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 “No solo queremos formar grupos de personas sordas. Es nuestro interés que suceda la real inclusión entre las personas oyentes y las sordas, por eso concebimos el patio de la institución como un espacio de socialización. Finalmente, poseemos una biblioteca que abarcará la memoria histórica del proyecto durante sus años de existencia. Otra ganancia será poder emplear a personas sordas, relató la fundadora del Proyecto Cultura entre las manos, que este 16 de noviembre celebró sus 14 años de fundado."

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En el espacio cultural, “la comunidad sorda va a tener la oportunidad de disfrutar de las acciones que venían sucediéndose desde hace 14 años, pero ya en un espacio físico que los va a centrar, los va a aunar para disfrutar, para socializar, para en su propia lengua –la lengua de señas cubana–, hablar, dialogar, interactuar en el ámbito de la cultura y el patrimonio. La sede está proyectada para todas las edades: las personas sordas adultas mayores, los jóvenes, y queremos empezar a hacer un trabajo más intenso y sistemático con los niños. Una sede que va a ser inclusiva desde su inicio como lo ha sido nuestro Proyecto”, expresó Gispert el día de la inauguración de la sede presencial.

De la vocación humanista y el deseo por la inclusión nació Cultura entre las manos, más de una década después logra confluir e influir como parte indispensable de la vida social del Centro Histórico habanero, y por qué no, también de toda Cuba. (Redacción digital. Con información de Habana Radio)

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