Manuel Mendive, Premio Nacional
de Artes Plásticas 2001, festeja este jueves 78 años consagrados en su mayoría
a invocar desde su visualidad los ritos y divinidades ancestrales
intrínsecamente ligados al desarrollo cultural de Cuba para irradiarlos al
mundo.
Destacado por la forma de llevar
al lienzo los ritos de origen yoruba en la Isla, este creador nacido en La
Habana conquistó la calidad estética en las artes plásticas hace varias
décadas, pero la simiente de su éxito llegó con apenas 11 años de edad cuando
ganó un premio en el Concurso Internacional de Pintura Infantil organizado por
la Unesco y la Sociedad Morinaga, de Exaltación a la Madre, en Tokio, Japón.
Su formación que tuvo lugar en la
década del 60 en la Academia San Alejandro, se complementó, posteriormente, con
estudios de Etnología Folklore en la Academia de Ciencias de Cuba y de Historia
del Arte en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
Desde entonces, crear ha sido una
fe de vida para el poseedor de una obra mística que ha viajado de La Habana a
la XLIII Bienal de Venecia (1988), el Museo Moderno de Estocolmo (1989), el
Palacio de Velázquez, Madrid (1990), el Poliforum Cultural Siqueiros, México
(1991) y el Museo Boshum, Alemania (1994), como parte de prestigiosas muestras
individuales y colectivas.
Pilar mío es la religión yoruba,
pilar mío es la fe, pilar mío es la mística, pilar mío es la verdad y pilar mío
es, también, la bondad y la dulzura, e igual la angustia y la tierra y la vida,
aseguró a medios nacionales en 2015 para referirse a sus bazas en el largo
camino de las artes visuales donde hizo suyos también los resortes del
performance y el arte corporal a través de los cuerpos pintados de bailarines.
A ese afán expresivo se sumaron
integrantes del Conjunto y el Ballet Folklórico Nacional, además de la Compañía
de Danza Contemporánea para dar movimiento y vida a sus obras inspiradas en la
sabiduría de la religiosidad nacional, la cual Mendive ha explorado en su
condición de pintor, escultor, grabador, e instalacionista.
En camino a su 80 cumpleaños, el
artista cubano no cesa su intensa producción en diferentes disciplinas y,
prueba de ello, es la muestra “La Vida es Hermosa” que exhibe el Palazzo della
Cancellería situado en la Ciudad del Vaticano desde el pasado 27 de noviembre
donde confluye con un ambiente profundamente católico como la Sala Vasari.
Se cumple una promesa que hice al
maestro, a quien conocí en Cuba y al que me une una bella amistad, de traer su
obra a Roma, y presentarla en esta sala del Palazzo de la Cancellería. Es una
unión de verdad muy fuerte. La sintonía de dos mundos”, manifestó el galerista
y artífice de la iniciativa, Eriberto Bettini durante la inauguración.
Al catalogar la creación de
Mendive, el crítico de arte Luciano Caprile evaluó el alto significado de su
trabajo que se inserta en el movimiento del Realismo Mágico, de una manera
emocional y absorbente, con una atmósfera única.
Entre las numerosas distinciones
a la creatividad y sello pictórico que le avalan constan el Premio colectivo Adam
Montparnasse a la joven pintura en el XXIV Salón de Mayo, París en 1968; los
galardones del Segundo Festival Internacional Cagnes Sur Mer, Francia en 1970,
de la Galería Espacio Latinoamericano de París otorgados durante las dos
primeras ediciones de la Bienal de La
Habana.
Asimismo, el Consejo de Estado de
la República de Cuba le otorgó la Medalla Alejo Carpentier en 1988 y la Orden
Félix Varela en 1994, año que recibió la Orden Caballero de las Artes y las
Letras del Ministerio de Cultura y Francofonía de la República de Francia en
tanto mereció la Medalla de los Cinco Continentes de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2009. (Prensa Latina)