Con el lema Actúe ahora. Ponga fin a la lepra,
la Organización Mundial de la Salud/ Organización Panamericana de la Salud
(OMS/OPS) insta a los Gobiernos, decisores, donantes y la comunidad mundial a
priorizar los esfuerzos en la eliminación de la enfermedad.
Anualmente, se conmemora el Día
Mundial contra la Lepra el último domingo de enero, para crear conciencia y
abogar por el fin del estigma relacionado con el padecimiento, que puede
desencadenar discriminación y exclusión en las personas afectadas y sus
familias.
Esta dolencia infecciosa es
conocida también como enfermedad de Hansen, por ser el médico noruego Gerhard
Armauer Hansen, quien descubrió en 1873 el bacilo que la causa (Mycobacterium
leprae). Afecta la piel y el sistema
nervioso periférico, además de la mucosa de las vías respiratorias superiores y
los ojos.
La doctora Raisa Rumbaut
Castillo, responsable del Programa Nacional de Lepra, afirmó que se trata de un
padecimiento curable que, con tratamiento, deja de ser contagioso desde las
primeras dosis y, si se diagnostica y se trata a tiempo, no provoca
deformidades, ni discapacidad.
Desde 1962, Cuba cuenta con un programa de
salud implementado para diagnosticar y tratar la lepra, el cual ha sido
modificado en relación con el desarrollo del propio sistema, el estudio de la
enfermedad y las recomendaciones internacionales adaptadas al contexto
epidemiológico, puntualizó la especialista de primer grado en Epidemiología.
Precisó que en 1993 la lepra dejó
de ser un problema de salud en la mayor de las Antillas, aunque cada año se
notifican nuevos casos en todas las provincias, en ambos sexos y a cualquier
edad, con un promedio de 180 personas por año diagnosticadas antes de la
COVID-19.
Esta pandemia influyó de forma negativa en
los servicios de salud y sus programas, y para 2021 en la nación solo se
detectaron 81 casos, y al cierre de 2022 -como cifra preliminar- se estiman
unos 140, en los cuales se incluyen los casos que debido a la COVID-19 no
fueron identificados con anterioridad, detalló Rumbaut Castillo.
El país, señaló la máster en
Enfermedades Infecciosas, está inmerso en la ejecución de la actual estrategia
mundial contra la lepra 2021-2030 y enfrascado en generar acciones que permitan
ir avanzar hacia la interrupción de la trasmisión y lograr llegar a lepra cero.
Los retos se dirigen a actualizar el
programa, fortalecer la vigilancia, mejorar la prestación de los servicios,
desarrollar estrategias que promuevan entornos incluyentes y capacitar de forma
continua al personal sanitario, pacientes, familiares y la comunidad en
general, afirmó.
La doctora explicó que la lepra
está considerada una enfermedad muy poco contagiosa, que se transmite por vía
respiratoria y por contacto con las lesiones de la piel de un enfermo no
tratado, tras una relación íntima y repetida.
Su período de incubación es de
cinco años como promedio, pero puede ser desde dos hasta 20.
Con relación al tratamiento, dijo
que es donado anualmente por la OMS y consiste en una terapia multi-droga con
rifampicina, clofazimina y dapsone.
En Cuba, ha demostrado una tasa
de curación del 98 por ciento a partir de su administración de manera
ambulatoria y supervisada por el médico y la enfermera de la familia.
Rumbaut Castillo aclaró que los
pacientes no se aíslan en sanatorios, antes denominados
"leproserías", y las probabilidades de contagio disminuyen cuando el
enfermo comienza el tratamiento. No obstante, se mantiene el seguimiento a los
contactos para identificar oportunamente casos secundarios e interrumpir la
cadena de transmisión.
La mejor forma de prevenir la lepra, aseguró la experta, es mediante el
diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado.
Resulta determinante que las personas conozcan que en Cuba hay lepra, que el personal sanitario sepa identificar los signos y síntomas iniciales de la enfermedad y que el paciente diagnosticado comience el tratamiento con la mayor brevedad posible. (Redacción digital. Con información del sitio web del Minsap)