El Centro A+ Espacios adolescentes, situado en el centro histórico de La Habana, recibió la visita de un grupo de jóvenes que contribuyen a crear “Puentes de amor” entre Estados Unidos y Cuba.
Se trata de un grupo, proveniente de la ciudad de Washington, que recorrió este jueves las instalaciones de este centro y se acercó a uno de los proyectos que promueve la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH).
La bienvenida a estos jóvenes, a sus padres y al profesor Carlos Lazo, líder de la iniciativa Puentes de Amor, fue ofrecida por Perla Rosales, directora general adjunta de la OHCH; Magda Resik, directora de comunicación de la entidad; Lissette Iglesias, directora de Relaciones Internacionales, y Lissete Ametller, directora del Centro A+ Espacios adolescentes, así como también por otros representantes de la institución.
El encuentro, además de presentar las condiciones en que se creó este espacio, posibilitó un intercambio entre adolescentes cubanos y estadounidenses.
Ametller compartió con los presentes que la clave del éxito de este tipo de proyectos es la participación de la comunidad a la que van orientados. Esa ha sido la esencia del Centro A+, un espacio que desde su creación ha privilegiado la participación y la voz de los adolescentes en el proceso de toma de decisiones.
El diálogo también permitió destacar las particularidades y fortalezas del proyecto. Según comentaron, entre las características que más impactan a la comunidad del centro histórico está el servicio de consejería para los adolescentes y sus familias.
Con este servicio, se logra integrar en un mismo sitio la atención a la salud mental y la actividad cultural. De esta forma han logrado apoyar en su desarrollo y crecimiento a más 10 mil adolescentes.
La visita incluyó un recorrido por cada uno de los espacios que componen las dos secciones –cultural y tecnológica– en que se dispone el edificio que acoge al centro. Así, el grupo transitó por los estudios de grabación para la radio y la televisión, el área de pintura, la de danza, los laboratorios, la mediateca y otros sitios en los que confluyen habitualmente las energías desbordantes de la comunidad adolescente.
Para concluir, el profesor Carlos Lazo invitó a los adolescentes cubanos y estadunidenses a participar en una ronda de baile, una tradición que, según afirmó, forma parte de las clases de español que imparte. Así consigue estimular el intercambio entre los participantes y contribuye a continuar fomentando las relaciones de afecto y entendimiento que logran sobrepasar todo tipo de fronteras.
(Tomado de Habana Radio)