La agencia de noticias Prensa Latina,
con sede principal en La Habana, navegó siempre en aguas turbulentas, desde su
fundación el 16 de junio de 1959.
Sin embargo, arriba a su
aniversario 64 sin perder el rumbo en busca de la verdad, como un grupo
multimedial con proyectos de futuro.
Como parte de una campaña orquestada por círculos políticos en Estados
Unidos que le auguraron unos meses de vida, a lo largo de los años, en especial
las décadas de 1960 y 1970, fue objeto de presiones, amenazas, clausuras,
agresiones y ataques a sus reporteros; no obstante, logró no solo subsistir,
sino también avanzar.
La historiadora norteamericana
Renata Keller concluyó, en una investigación sobre la agencia de noticias cuya
sede principal está en La Habana, que “Prensa Latina sobrevivió, se expandió y
hasta floreció”.
En las conclusiones de la
detallada obra, Keller expresó que “de alguna manera, la supervivencia por sí
sola podría considerarse una victoria”, al tiempo que demostró la capacidad de
resistencia ante numerosos ataques, lo cual calificó de “impresionante y sin
precedentes”.
“Sus fundadores esperaban crear
una fuente alternativa de noticias e información para Cuba, América Latina y el
resto del mundo, y lo lograron”, aseveró la académica, acerca del papel del
medio cablegráfico en la promoción de la Revolución cubana y contrarrestar el
aislamiento a que la sometió Estados Unidos.
La hostilidad contra PL no solo radicó en acciones políticas e intentos
de aislamiento y cerrar sus oficinas, también atentaron contra la vida de sus
periodistas.
Muchos fueron los actos hostiles,
desde el vandalismo contra su oficina ante las Naciones Unidas hasta el arresto
por el FBI con el fin de amedrentarlo del primer corresponsal en esa plaza,
Francisco V. Portela.
En 1970, fueron asesinados el
periodista chileno Elmo Catalán, colaborador de PL en Bolivia, y su esposa
Jenny Koeller. Poco después, el régimen golpista boliviano clausuró esa corresponsalía.
Su oficina en Montevideo también
fue allanada, y sus periodistas, detenidos. Poco después, la junta castrense
uruguaya clausuró esa oficina.
En 1972, resultó asesinado -junto
a su esposa, Ivette Jiménez- el corresponsal Luis Martirena, quien también fue
director de la corresponsalía en La Habana hasta mediados de 1971.
Martirena y su esposa fueron
acribillados en Uruguay en 1972 en la puerta de su casa. Ese año, también
resultaron expulsados de Ecuador dos de los corresponsales de la agencia.
Personal de Prensa Latina y periodistas chilenos en la corresponsalía
de Santiago fueron blanco de una balacera el 11 de septiembre de 1973. Jorge
Timossi fue corresponsal-jefe en Chile durante todo el proceso político
encabezado por el presidente Salvador Allende.
Ese luctuoso día de la asonada
militar contra el Gobierno popular de Allende, las oficinas en Santiago fueron
violentamente allanadas, sus periodistas detenidos y expulsados del país. Entre
ellos estuvieron, además de Timossi, la chilena Elena Acuña, el peruano Jorge
Luna y el cubano Mario Mainadé.
Hubo otros ataques: el jefe de la
corresponsalía en Ciudad de Guatemala, Manuel Guerrero, fue blanco de amenazas
de muerte y de atentado con bombas contra la oficina, y más acá en el tiempo,
el enviado especial en Honduras resultó expulsado a raíz del golpe de Estado
contra Manuel Zelaya.
En octubre de 1983, la oficina en
Granada fue clausurada durante la invasión estadounidense a esa isla caribeña,
y su corresponsal, Arnaldo Hutchinson, detenido y deportado.
PESE A HOSTILIDADES, NO SE DETUVO
Sin embargo, pese a estas
hostilidades, la agencia no se detuvo; suscribió en ese período convenios de
colaboración periodística con numerosos medios de países de América Latina,
Europa, África, Asia e, incluso, de Estados Unidos.
Tras la reapertura de las
corresponsalías en Argentina, Colombia y Ecuador, y la inaugurada en Portugal,
cerró el año 1974 con oficinas en 26 países.
Auspició en La Habana la Primera Reunión de Redactores de Temas
Latinoamericanos de Agencias Socialistas y estableció lazos con la CTK, de la
entonces Checoslovaquia; la APN, de Polonia; Tanjug, de Yugoslavia, y con el
semanario francés L’Express.
En el Caribe Oriental, abrió sus
primeras plazas en 1975, en Guyana y Jamaica, así como también en 1976 las de
Angola, en África, y Sri Lanka, en Asia del Sur, y comenzó sus transmisiones
para esas regiones en español, inglés y francés.
La institución continuó
progresivamente estableciendo nexos de cooperación con los más diversos medios
del mundo: entre muchos otros, la agencia TASS, de la Unión Soviética; la ADN,
de la República Democrática Alemana; la PTI, de la India; la BBS, de
Bangladesh, y la Anop, de Portugal.
Luego de estar interrumpido desde
1969, reanudó el intercambio de servicios noticiosos con la agencia
estadounidense Associated Press (AP) en 1979, mediante un acuerdo de
cooperación.
Ese año, también estableció con
la agencia española EFE un nuevo sistema de comunicaciones a través del
satélite Intersputnik, que enlazó La Habana con Madrid.
En 1989, Prensa Latina contaba con 40 corresponsalías, y unos mil
clientes recibían diariamente un promedio de 300 despachos noticiosos en
diferentes idiomas.
Esos avances se vieron truncados
con el agravamiento de la crisis económica en Cuba en la década de 1990, que la
obligó a reducir servicios, publicaciones y cerrar oficinas, lo que disminuyó
la cifra de 40 a solo 16 en el exterior.
En lo sucesivo, debido al bloqueo
de Estados Unidos contra Cuba, muchas corresponsalías de Prensa Latina
afrontaron obstáculos para establecer cuentas bancarias y realizar
transferencias financieras, además de trámites de visado para cubrir eventos
internacionales o el traslado de sus periodistas.
A lo largo de todos estos años,
Prensa Latina contó con la guía de 10 directores generales. Después de su jefe
fundador, Jorge Ricardo Masetti, otros nueve asumieron en distintas etapas del
desarrollo de la agencia las complejas tareas, no solo de mantener su
funcionamiento, sino de asegurar su crecimiento e influencia hasta convertirla
en un centro multimedial de referencia.
Fernando Revuelta (1961-1962), José Felipe Carneado (1962-1967),
Orlando Fundora (1967) y José M. Ortiz (1967-1970) condujeron la agencia frente
a numerosas agresiones externas en su primera década de existencia.
Manuel Yepe se encargó de
dirigirla de 1970 a 1973, cuando las presiones arreciaban contra PL. Le siguió
Gustavo Robreño, en 1973 y lo hizo hasta 1984, cuando Pedro Margolles tomó las
riendas. Durante su mandato, la agencia inauguró sus oficinas en Etiopía y Nicaragua,
y la reabrió en Costa Rica, mientras modernizaba su infraestructura técnica
mediante la automatización de las transmisiones.
En 2003, Frank González asumió su
liderazgo, para ampliar los servicios noticiosos, abrir oficinas, sumar nuevas
publicaciones y crear un pequeño estudio de video noticias.
A partir de 2010, ya bajo la
dirección de Luis Enrique González, Prensa Latina se adentró en el mundo de los
medios sociales, diversificó sus servicios informativos, modernizó sus
portales, creó sitios de noticias en idiomas francés y árabe, abrió las
corresponsalías en Damasco y Puerto Príncipe, y reabrió Washington, Londres y
San José.
Pese a las adversidades económicas, mantiene con gran esfuerzo de su
personal periodístico la elaboración y transmisión diaria de cerca de 400
despachos en seis idiomas, produce una veintena de espacios radiales y abrió
una radio en línea. Además, continuó firmando convenios con agencias de
noticias y otras organizaciones de medios; suman centenas.
Con oficinas en casi 40 países de
todos los continentes, Prensa Latina se ratifica como el medio de comunicación
cubano que más noticias publica diariamente, y uno de los de mayor producción
informativa en toda América Latina y el Caribe.
Su sitio web es el portal cubano con mejor posicionamiento en Internet, de acuerdo con el ranking Alexa, y cada día crecen los suscriptores en los canales de la agencia en redes sociales, incluidas Facebook, Twitter, Youtube e Instagram. (Redacción digital. Con información de Prensa Latina)