Sin moral alguna para siquiera opinar sobre Cuba, sectores de la extrema derecha dentro del Parlamento Europeo, con el objetivo marcado de hacer ruido y entorpecer la presencia cubana en la Cumbre Celac-UE, han hecho aprobar una resolución anticubana. El documento es copia sucia y oxidada de otros que han aparecido cada vez que países europeos y Cuba han hecho votos por el diálogo y la política de no injerencia.
Vuelven los mismos personajes
prestos, más a responder a las órdenes de Estados Unidos, que a la de la propia
UE, que sustenta sus relaciones con nuestro país, en el diálogo político y de
colaboración.
El manido tema de los derechos humanos —tan violados sistemáticamente
en muchos países de Europa—vuelve a ser usado por quienes debían preocuparse
más por lo que ha sucedido con los manifestantes que de forma pacífica se
lanzaron a las calles de Francia para protestar por la muerte de un joven por
parte de la policía gala.
Y, aunque no merecen la más
mínima explicación, vendría bien la sugerencia de la Eurocámara a estos
señores, a que miren al interior de las políticas usadas contra los
inmigrantes, principalmente de África y el Oriente Medio, esos que por miles
han fallecido en el intento de llegar por mar, en frágiles embarcaciones, hacia
países ricos, que saquearon a sus naciones ocupadas y convertidas en colonias.
Sería, al menos actuar con un
mínimo de dignidad, si esos mismos personeros de la derecha europea, condenaran
la presencia por estos días de un submarino nuclear estadounidense, en la
ilegal base naval de Guantánamo, convertida en los últimos años, en un centro
de reclusión y torturas, para quienes eran considerados, por su físico, como
musulmanes vinculados con acciones de terror y crimen.
Es vergonzoso, además, que quienes dicen actuar en nombre de la
democracia, intenten torpedear un evento como la Cumbre Celac-UE, que, al menos
para las naciones latinoamericanas, constituiría un momento importante para
hablar de colaboración, no injerencia, acciones a favor de actuar para salvar
al planeta de los efectos nocivos del cambio climático, entre otros.
La Unión de Periodistas de Cuba,
como parte de la sociedad civil cubana, denuncia este tipo de acciones
injerencistas del Parlamento Europeo, y defiende la existencia de la Celac como
parte del tan necesitado proceso de integración latinoamericana.
Condenamos con todas nuestras
fuerzas que grupos políticos de extrema derecha, intenten convertir la citada
Cumbre en un miserable circo, con cabida para enfermizos payasos, incapaces de
actuar a favor del diálogo, la colaboración y la solidaridad entre habitantes
de dos regiones muy vinculadas por la cultura, el lenguaje y la historia.
Unión de Periodistas de Cuba
12 de julio de 20023
(Redacción digital)